El subprefecto del distrito de La Esperanza, Carlos Daniel Samana Lozano, informó en sesión de concejo que viene siendo amenazado de muerte en forma constante a consecuencia de suspender “bailes chichas”, sin ningún permiso o licencia de funcionamiento de locales para este tipo de actividades, así como por erradicar la venta pública de licor.
Asimismo, denunció que funcionarios de la Municipalidad de La Esperanza, lejos de colaborar para que actividades bailables clandestinas sean clausuradas, asistían a estos establecimientos una hora antes para advertir a los organizadores que la subprefectura y la Policía harán un operativo.
Detalló que el 26 de febrero llegaron a la discoteca clandestina “Mi Barrunto”, que solo tiene permiso para restaurante, a clausurar un baile anunciado en ese recinto, pero a las 11 de la noche abrieron “por arte de magia”. En la madrugada dos personas resultaron heridas en una balacera. El lunes 27 de febrero llegó la Municipalidad a clausurar el local. En algunas intervenciones, el personal policial de la comisaría de Wichanzao resultó agredido.