El restaurante «Doña Peta,» ubicado en la avenida Sánchez Carrión en la urbanización San Nicolás de Trujillo, fue nuevamente víctima de un violento ataque extorsivo. Este atentado, el tercero en apenas dos meses, ha generado una creciente preocupación entre los propietarios del negocio.
Fueron dos delincuentes armados, a bordo de una motocicleta, dispararon repetidamente contra la fachada del restaurante, situado a escasos minutos de la Plaza de Armas y a la vuelta de la sede del Ministerio Público de Trujillo.
Los disparos impactaron en la puerta de vidrio del local, rompiéndola en pedazos. Además, los atacantes dirigieron el fuego hacia el segundo piso del edificio, donde se encontraba el vigilante del local. Afortunadamente, el vigilante salió ileso de este ataque, pero el incidente dejó un rastro de destrucción y un ambiente de miedo palpable. Celso Marcial Vargas Crespo, de 45 años, quien estaba presente en el lugar durante el ataque, expresó su desesperación ante la situación.
Este no es un hecho aislado. El restaurante «Doña Peta» ha sido blanco de una serie de actos violentos en las últimas semanas, todos ellos relacionados con extorsiones. En junio de este año, un explosivo fue detonado en el local, causando daños significativos. Como si eso no fuera suficiente, poco después los propietarios encontraron un macabro arreglo fúnebre en la puerta del establecimiento, una clara señal de la seriedad de las amenazas.
Los extorsionadores han sido claros en su exigencia: 50 mil soles a cambio de la seguridad de los propietarios y su familia. El caso de «Doña Peta» es uno más en la larga lista de negocios en Trujillo que han sido blanco de la extorsión, un problema creciente que afecta gravemente a la economía local y genera un clima de inseguridad en la ciudad.