En las calles de Trujillo, la impunidad y la falta de capacidad de las autoridades están dejando un rastro de terror y desesperación en la comunidad empresarial. La ola criminal que azota la ciudad amenaza con ahuyentar a las inversiones y poner en peligro las actividades empresariales en la región.
El Comando de la III Dirección Territorial Política de La Libertad, liderado por el general Augusto Ríos Tiravanti, se enfrenta a un desafío: contener el crimen organizado que está consumiendo a Trujillo en el caos, pero hasta ahora no se observa ningún trabajo. Empresarios locales, cada vez más afectados, se preguntan si podrán mantener sus negocios en una ciudad donde el miedo y la inseguridad se han convertido en el pan de cada día.

La pesadilla de uno de estos empresarios comenzó en la madrugada en el tranquilo distrito de Paiján, en la provincia de Ascope. ALLA, un empresario de 48 años, fue víctima de un atentado con un artefacto explosivo en su propia casa. El estruendo despertó a los vecinos, y las autoridades se dirigieron rápidamente al lugar.
Al llegar, encontraron a ALLA, quien les relató que se encontraba en un velorio a unas cuadras de su casa cuando escuchó la explosión. Al regresar, descubrió que la puerta principal de su vivienda había sufrido daños por la explosión. En el suelo, encontró un mensaje escalofriante: «La última advertencia… a la otra te mato a tu hija». Este no era el primer ataque que sufriría, pero aún desconocía por qué estaba siendo víctima de estas amenazas de extorsión.

La amenaza criminal también llegó a la ciudad de Trujillo. En la urbanización Valle El Sol, JVS, una mujer de 36 años, fue víctima de un atentado con un artefacto explosivo en su domicilio. La explosión causó daños materiales en su portón. Esta no fue una casualidad, ya que JVS había estado recibiendo amenazas de extorsión a través de mensajes de texto y llamadas telefónicas.
Por otro lado, KWGS, una joven de 28 años, vivió momentos de terror cuando individuos desconocidos la extorsionaron exigiéndoles una suma de S/ 10,000.00 a cambio de no tentar contra su vida. Las autoridades decidieron intervenir y llevar a cabo una operación para resolver la situación. Lograron llegar a un acuerdo con los extorsionadores y así pudieron intervenir a Braulio Leoncio Torres Estrada, quien se encontraba en su domicilio en el distrito de La Esperanza.
Estos incidentes son solo la punta del iceberg de una ola criminal que amenaza a Trujillo. Los empresarios locales se preguntan si podrán seguir operando en un ambiente tan inseguro. La impunidad y la falta de capacidad de las autoridades para contener el crimen organizado generan temor y desesperación en la comunidad empresarial.