En la madrugada de ayer, un violento ataque perpetrado por mineros ilegales sacudió la Comunidad Campesina de Llacuabamba, en la provincia de Pataz, en la sierra de La Libertad. Sujetos armados ingresaron a la bocamina Española, propiedad de la Minera Aurífera Retamas S.A. (MARSA), tomando como rehenes a cuatro trabajadores y utilizando explosivos de gran alcance que provocaron severos daños y derrumbes en las galerías, afectando el sostenimiento necesario para la explotación segura del yacimiento.
Afortunadamente, los trabajadores retenidos fueron liberados sin presentar lesiones o afecciones a su salud. Sin embargo, el impacto del ataque en la infraestructura de la mina es significativo, con daños que comprometen la seguridad de las operaciones mineras.
Este tipo de ataques se ha vuelto recurrente en la convulsionada provincia de Pataz, donde la minería ilegal y la violencia relacionada con ella son problemas persistentes. La situación en Llacuabamba no es aislada; hace un mes, otro grupo de delincuentes arrojó cartuchos de dinamita en repetidas ocasiones en la misma zona, demostrando un patrón de agresiones que amenaza la estabilidad y seguridad de las operaciones mineras formales.
La violencia minera en Pataz ha tenido consecuencias mortales en otras operaciones legales, como en la Compañía Minera Poderosa, y la reciente escalada de ataques contra MARSA subraya la urgente necesidad de intervención por parte de las autoridades.
