En un giro sorprendente en la lucha contra la criminalidad en la región de La Libertad, Kevin Ismael Llaja Portales, capturado recientemente por las Rondas Campesinas de Cascas, confesó su participación en extorsiones y otros crímenes, revelando además detalles críticos sobre la corrupción policial y la operación de notorias bandas criminales en la zona.
Durante su detención, Llaja Portales admitió ser el autor de extorsiones dirigidas contra la institución educativa Punguchique y detalló su involucramiento en crímenes a solicitud de las bandas conocidas como La Jauría y la Gran Familia. Además, proporcionó información valiosa sobre los asesinatos cometidos, incluyendo el conocido empresario de transportes Andrés Cortegana.
Lo más alarmante de su testimonio es la revelación de que la policía local de Cascas y Jolluco estaría implicada en recibir sobornos de cabecillas de estas organizaciones criminales, lo que plantea serias preguntas sobre la integridad de las fuerzas de seguridad encargadas de proteger a la comunidad.
Esta confesión ha provocado una reacción inmediata de las autoridades regionales y nacionales, quienes han prometido investigar a fondo estas acusaciones. El caso de Llaja Portales no solo destapa las operaciones ilícitas en Gran Chimú, sino que también pone de manifiesto la posible complicidad de aquellos supuestos a combatir el crimen.
La comunidad local y los líderes regionales están demandando acciones concretas y transparentes para limpiar las fuerzas policiales y desarticular las redes criminales que han afectado gravemente la seguridad y el bienestar en La Libertad. La detención de Llaja Portales podría ser un punto de inflexión en este esfuerzo, proporcionando a las autoridades la información necesaria para realizar cambios significativos y restaurar la confianza pública en la ley y el orden.