El empresario ganadero Guillermo Vilca Julca, de 51 años, fue liberado luego de ser secuestrado el pasado sábado en el caserío Portachuelo, ubicado en el distrito de Marcabal, provincia de Sánchez Carrión, en la sierra de La Libertad.
Su liberación ocurrió en la jurisdicción de Cajamarca, generando un operativo de búsqueda que involucró a rondas campesinas, serenazgo y efectivos policiales.
El secuestro ocurrió en circunstancias aún bajo investigación. Vilca Julca se desplazaba en su motocicleta lineal por la carretera entre Huamachuco y Cajabamba cuando, según testigos locales, fue interceptado por una camioneta blanca de lunas polarizadas. Los delincuentes, quienes aparentemente ya seguían los movimientos del empresario, lo obligaron a subir violentamente al vehículo, desapareciendo del lugar sin dejar rastros inmediatos.
Desde el momento del rapto, se activaron labores de búsqueda coordinadas entre la Policía Nacional, el Departamento de Investigación Criminal (Depincri) Huamachuco y las rondas campesinas de Lluchubamba, quienes participaron activamente debido a la proximidad del lugar del secuestro con la provincia de Cajabamba. La colaboración de estos grupos fue fundamental para rastrear posibles movimientos de los secuestradores.
Tras dos días de incertidumbre y silencio, Guillermo Vilca fue encontrado sano y salvo, aunque con lesiones leves, en las inmediaciones de Huamachuco. Según informó el general PNP José Zavala Chumbiauca, jefe de la Región Policial La Libertad, el empresario ya se encuentra con su familia en Cajabamba, evitando brindar declaraciones públicas. “El señor Vilca no desea conversar con nadie, lo importante es que está sano y salvo”, precisó Zavala.
Fuentes cercanas a la investigación señalan que la liberación de Vilca Julca podría haberse concretado tras el pago de un rescate, aunque los familiares mantienen hermetismo absoluto por temor a represalias. “Parece que se realizó un pago, pero los familiares han sido amenazados y prefieren no dar detalles”, reveló una fuente anónima.
El secuestro de Vilca Julca ha encendido las alarmas en la región, donde el incremento de actos delictivos, como secuestros y extorsiones, ha generado preocupación entre los comerciantes y ganaderos locales. Las autoridades continúan investigando las circunstancias del hecho, mientras analizan la participación de una posible banda criminal que opera entre Sánchez Carrión y Cajabamba, una zona geográfica de difícil acceso y con limitada presencia policial.