“Sin buena salud no podremos alcanzar la prosperidad, uno de nuestros objetivos al 2030”, dijo el gobernador regional Manuel Llempén Coronel en la entrega del equipamiento para las Salas de aspirado gástrico y esputo inducido, en los hospitales Santa Isabel, de El Porvenir, y Jerusalén, de La Esperanza, para detectar y atender a niños que sufren de tuberculosis (TB).
Esto es parte del Proyecto País TB «Cerrando brechas en la respuesta nacional para la tuberculosis con énfasis en la multirresistencia, población vulnerable pediátrica y sistemas comunitarios de salud». Está dirigido a la reducción de la TB en los grupos más vulnerables -población infantil-, disminuyendo progresivamente su incidencia y morbimortalidad, con énfasis en la multirresistencia, y a la mejora del control de la enfermedad.
Tiene financiamiento del Fondo Mundial de Lucha Contra el Sida, Tuberculosis y Malaria, y se canalizó a través de la ONG Socios en Salud, Minsa y Gobierno Regional La Libertad.
En la entrega del equipamiento y mobiliario, Llempén agradeció al director general de Socios En Salud – Sucursal Perú, Leonid Lecca García, por tan importante apoyo, recordando que hace muy poco donaron una planta de oxígeno medicinal para el hospital Belén.
En las próximas dos semanas podría estar colapsando nuestro sistema hospitalario, por el incremento de casos de contagio de covid-19, por eso saludo y agradezco el apoyo recibido, considerando que esta pandemia ha llevado al cierre de muchas empresas, a un alto nivel de desempleo y una disminución de la capacidad adquisitiva en las familias, señaló.
Hay que utilizar y hacer trabajar el equipamiento de inmediato. Es bueno sumar, pero es mejor multiplicar. Debemos trabajar exponencialmente, así como se multiplica la covid-19. En un mes quiero que me inviten a ver los resultados del equipamiento y si requieren apoyo adicional para seguir fortaleciendo el diagnóstico oportuno y atención de la TB, agregó.
El equipamiento incluye: sonda nasogástrica, respiradores, jeringa Tumi, estetoscopio pediátrico, pulsioxímetro, coche de paro, desfibrilador, equipo aspirador portátil, equipo nebulizador portátil, kits de laringoscopio, balón de oxígeno, coche de curaciones de dos cuerpos, camilla, escalera de dos peldaños y una vitrina de dos cuerpos de acero inoxidable para instrumental y materiales estériles, lubricante, gasa estéril, guantes, gorros, mascarillas y mandiles estériles, entre otros; para esputo inducido: suero, hipersodio, frascos recolectores, escritorio, sillas para escritorio, sillas fijas, tv de 50” con rack, entre otros.
Socios en Salud identificó a una empresa especializada para hacer el acondicionamiento de espacios físicos y mejora del equipamiento y mobiliario de las salas de aspirado gástrico y esputo inducido en los hospitales distritales Santa Isabel y Jerusalén.
Para el funcionamiento de las salas se capacitó personal en el hospital San Bartolomé, de Lima. Los casos de TB se pueden visualizar en pruebas de diagnóstico pediátricas a través del aspirado gástrico para quienes no pueden toser y con esputo inducido para niños más grandes que pueden expectorar.
Para la población infantil hay una prueba molecular rápida con resultados rápidos para saber si tiene tuberculosis y si es resistente al tratamiento. Para los adultos se hace una radiografía de tórax, lo que se está implementando con equipos itinerantes a partir del próximo mes.
Se estima que en el 2020 enfermaron de tuberculosis cerca de 10 millones de personas en todo el mundo: 5,6 millones de hombres, 3,3 millones de mujeres y 1,1 millones de niños. En las Américas, aunque se desconoce su magnitud, se calcula que la TB infantil representa aproximadamente un 5.5% de todos los casos nuevos y se concentra mayoritariamente en países con alta carga de morbilidad (Brasil, Perú, México, Haití y Colombia).
En Perú, durante los últimos años se han identificó más de 2,600 casos anuales de TB en menores de edad, representando el 8% del total de casos reportados.
La tuberculosis, suele ser de difícil detección en la población menor de edad debido a sus síntomas inespecíficos, confundiéndose en la mayoría de los casos con otros problemas médicos. Situación que se ha agudizado en la pandemia, presentándose demoras en el diagnóstico de los casos de tuberculosis en este grupo vulnerable.
El diagnóstico de la TB se dificulta debido a la falta de una prueba diagnóstico en el lugar de atención que sea sensible; el escaso acceso a las pruebas disponibles y su baja utilización; las dificultades de obtención de muestras de esputo en los niños, además de la frecuencia de resultados negativos en las pruebas bacteriológicas realizadas en menores de 17 años.
En nuestro país son escasos los establecimientos de salud que realizan pruebas diagnósticas en población pediátrica, lo que dificulta el acceso de la población vulnerable a un diagnóstico oportuno e incrementa el riesgo de abandono del tratamiento. Hay la necesidad de una mayor detección sistemática de TB en los servicios de salud del primer nivel, donde llegan los niños con TB e inician su ingreso al sistema de salud.