Por Amaro Rodríguez/Periodista
Indudablemente las inversiones privadas en nuestra economía nacional, que es una locomotora que genera puestos de empleo para fortalecer la economía, está casi en recesión a causa de políticas miopes del Ejecutivo y Legislativo para que trabajen al “tanteo”, pero si visualizan aquello que les puede redituar importantes sumas de dinero, para sus hambrientos bolsillos. de otros partidos.
Tenemos un Poder Ejecutivo y un Legislativo, ambos capturados a causa del deseo de mantenerse en el poder y disfrutar del incremento monetario a su patrimonio, son permeables al sometimiento a políticos que comparten intereses junto a las grandes mafias, que controlan la economía nacional.
Un Congreso populista que algunas veces en forma anti constitucional arremete con la inconstitucionalidad, en el afán de someter a entidades autónomas a su poder para blindarse con jueces y fiscales, amigos y no ser sometidos a responder sobre presuntos hechos delictivos cometidos en el ejercicio de sus funciones.
En este escenario se fortaleció las grandes organizaciones criminales, que tienen en auge la inseguridad ciudadana, así petardean la inversión pública, porque la extorsión se agigantó, mientras que los poderes del Estado como Legislativo y Ejecutivo se preocuparon más en urdir planes en su propio beneficio.
La inseguridad ciudadana se mantiene como espada de Damocles, hace temer a los inversionistas y los que tienen inversiones en el sector minero y son extranjeros, por las extorsiones ya no vienen con sus familias al Perú, cancelan nuevas inversiones privadas ya no dan más puestos de trabajo ni pagan su tributación para fortalecer la economía nacional. Se suman alcaldes y gobernadores enclenques en política, que no gastan sus presupuestos y no dan trabajo. (ARS)