El terror que se vivió en la urbanización Los Jardines, con el secuestro de una familia de un minero, que desató un enfrentamiento a balazos entre expolicías a cargo de la custodia del empresario y la banda delincuencial que retenía a sus seres queridos, alcanzó a un niño de apenas nueve años de edad.
La criatura, identificada con las iniciales de M.D.B.O, sobrino del empresario, estuvo retenido, bajo amenaza de muerte, en la casa de la calle Juan Cuellar, de la urbanización Los Jardines, a la que ingresaron los hampones, al parecer integrantes de la sanguinaria banda “La jauría”, con extrema violencia.
Junto al pequeño, fueron secuestrados otros tres familiares del empresario minero, identificados con las iniciales de M.O.D.C. (36), I. Dc. E. (56) y H.J.Ll.D. (38). Este último es sobrino del empresario y era al que se lo iban a llevar para luego solicitar un cuantioso rescate por su liberación. Las víctimas estaban atadas de brazos y piernas con cinta adhesiva en el interior de la vivienda.
El empresario, que en ese momento no estaba allí, fue alertado por las cámaras de vigilancia de lo que venía ocurriendo, estaba cerca del lugar y con sus guardaespaldas, entre ellos el suboficial PNP en retiro Luis Alva Vargas, exintegrante de un grupo antisecuestro de Trujillo que opera entre el 2000 al 2007, acudió de inmediato. Al llegaron, los guardaespaldas se enfrentaron a balazos con los secuestradores, logrando liberar al sobrino del empresario que en ese momento ya se lo estaban llevando.
Como resultado de la balacera resultó herido el suboficial en retiro Alva Vargas, siendo trasladado a una clínica privada. En tanto, uno de los presuntos secuestradores, un adolescente identificado con las iniciales de A.J.S.F., de 17 años de edad, fue alcanzado por unas balas que acabaron con su vida cuando era llevado al hospital Lazarte. Recibió un balazo en el pecho.
Las autoridades continúan investigando los detalles de este incidente para esclarecer las circunstancias del presunto secuestro y el posterior enfrentamiento. Se supo que hace unos meses atrás, el empresario minero era extorsionado e inclusión sufrió un seguimiento, por lo que decidió contratar a expolicías para que lo protejan. Se estableció que detrás de todo estuvo la organización criminal “La jauría” que, al ver que el empresario estaba extremadamente resguardado, fue detrás de los familiares de éste para obtener una fuerte cantidad de dinero. Los patrulleros de la PNP llegaron quince minutos después de la balacera.