Según datos recientes de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) 2023, consignados por ComexPerú, el 48.3% de los beneficiarios del Programa Vaso de Leche (PVL) en La Libertad no cumple con los criterios de pobreza para acceder a esta ayuda estatal. Esta cifra representa a 72,033 personas, situando a la región como la quinta con mayor número de infiltrados en el programa a nivel nacional.
Infiltración en el Programa
De los 72,033 beneficiarios no elegibles:
- 43,051 son considerados vulnerables no pobres.
- 28,982 no son vulnerables.
Esto contrasta con los 77,096 beneficiarios que sí cumplen con los criterios de pobreza, requisito esencial para acceder al PVL.
ComexPerú subraya que la infiltración, definida como la población que accede al programa sin cumplir los criterios establecidos, representa casi 5 de cada 10 beneficiarios en La Libertad. Esta situación recurrente en los programas sociales refleja una mala utilización de los recursos destinados a quienes realmente lo necesitan.
Impacto Económico
La infiltración en La Libertad representa un mal uso de aproximadamente S/ 14.3 millones del presupuesto del programa. A nivel nacional, el costo promedio para atender a cada beneficiario es de S/ 198, un valor obtenido al dividir el presupuesto ejecutado entre la cantidad de beneficiarios reportados por las municipalidades.
ComexPerú señala que, en 2023, el PVL registró a 2,725,729 beneficiarios en todo el país, de los cuales aproximadamente 1,263,499 (46.4%) no cumplían con los criterios de pobreza, lo que equivale a un uso indebido de S/ 250 millones.
Situación Nacional
El desajuste en la distribución de los beneficios del PVL es evidente en todo el país. Se estima que 8,444,458 personas en situación de pobreza no acceden al programa, diseñado para atender a la población vulnerable. Las infiltraciones más significativas se registran en instituciones educativas (561,812 beneficiarios no pobres, 44.5% del total) y en casas coordinadoras (474,399 infiltrados, 37.5%).
En ambos casos, la responsabilidad de decidir quién recibe los beneficios recae en las escuelas o comités vecinales, quienes enfrentan dificultades para identificar adecuadamente a los beneficiarios en situación de pobreza.
