La violencia vuelve a estremecer el norte del país. Dos atentados con explosivos registrados la noche del viernes sembraron el terror en la provincia de Chepén, donde extorsionadores atacaron el Estadio Municipal “Juan Noriega Salazar” y un conocido restaurante del centro de la ciudad. Los ataques, ocurridos con apenas dos horas de diferencia, confirman la escalada del crimen organizado en La Libertad, mientras las autoridades locales permanecen sin respuestas concretas ante la ola de inseguridad.
El primer atentado ocurrió a las 7:27 de la noche, cuando dos sujetos no identificados dejaron un cartucho de dinamita en la puerta principal del Estadio Juan Noriega Salazar, ubicado en la prolongación Guadalupe.
La potente detonación causó daños materiales en la fachada del recinto deportivo y fue captada por cámaras de seguridad de viviendas cercanas. En las imágenes se observa cómo una motocicleta y un automóvil que pasaban por el lugar se salvaron de milagro, apenas segundos antes del estallido.
Agentes del Departamento de Investigación Criminal (Depincri) de Chepén y personal de serenazgo llegaron al lugar, encontrando una bolsa negra con un manuscrito, presuntamente dejado por los delincuentes.
Fuentes policiales informaron que el mensaje estaría vinculado a una advertencia contra los encargados del proyecto de mejoramiento del estadio, valorizado en S/ 24 millones.
“Todo apunta a que los extorsionadores buscan amedrentar a los responsables de la obra. Es una modalidad recurrente: presionar a las empresas para exigirles pagos antes del inicio de los trabajos”, indicó un oficial de la PNP que participó en las pesquisas.
El moderno estadio, cuya construcción recién inicia, contará con tres tribunas (occidente, oriente y norte), capacidad para más de 8 mil espectadores, césped natural, pista atlética e iluminación profesional. La maquinaria ya instalada en el recinto habría sido el detonante de las amenazas.
A las 9:40 p. m., otro atentado sacudió el sector La Cuchilla, en el centro de Chepén.
Delincuentes que se desplazaban en una motocicleta arrojaron un explosivo frente al restaurante “Los Patos”, reconocido local de la zona.
La explosión destrozó la puerta principal y los vidrios del establecimiento, generando pánico entre los vecinos de la Plazuela Bolognesi.
El serenazgo municipal acudió al lugar minutos después y confirmó que no hubo víctimas, aunque el impacto psicológico entre los residentes fue enorme.
“Esto ya se salió de control. Nadie puede trabajar tranquilo. Todos tenemos miedo de ser los próximos”, comentó un comerciante cercano.
Los ataques en Chepén se suman a una cadena de atentados extorsivos que se extiende por las provincias de Trujillo, Pacasmayo, Ascope y Pataz, donde bandas criminales exigen pagos a empresarios, transportistas y comerciantes.
En lo que va del año, la región supera los 130 atentados con explosivos, según fuentes policiales, cifra que la convierte en una de las zonas más violentas del país.
En la mayoría de los casos, los delincuentes dejan notas o mensajes amenazantes, exigiendo dinero a cambio de no atacar obras públicas, locales o negocios privados. Las víctimas denuncian la falta de resultados concretos en las investigaciones y el temor generalizado ha llevado a varios empresarios a suspender sus operaciones.
Pese a la gravedad de los hechos, las autoridades locales y regionales no han emitido pronunciamientos firmes. La población reclama una acción inmediata del Ministerio del Interior y la PNP para frenar la violencia y desarticular las redes de extorsión que operan con total impunidad.
En tanto, los agentes de la Depincri Chepén y de la División de Criminalística continúan recolectando evidencias, analizando los restos del explosivo y revisando los videos de cámaras de seguridad para identificar a los responsables.
El Ministerio Público abrió investigación preliminar por delitos contra la tranquilidad pública y extorsión agravada.
