Un paseo familiar terminó en tragedia en el distrito de Ongón, provincia de Pataz, cuando Rosalvina Melgarejo Castillo (46) y su hija Keyla Jimena Castillo Melgarejo (27) fueron arrastradas por la corriente del río Mishollo, en el anexo El Porvenir. Ambas habían acudido junto a su familia para disfrutar de un día de descanso, sin imaginar que sería el último.
Según los testimonios de los pobladores, la profesora Rosalvina descendió hasta la ribera del río, pero fue sorprendida por la fuerza del caudal. Su hija, la ingeniera Keyla, al notar que su madre era arrastrada, se lanzó al agua para rescatarla, pero también fue vencida por la corriente.
Desde la orilla, el hijo menor de Rosalvina presenció la desesperante escena. Gritó pidiendo ayuda y corrió hacia el poblado en busca de apoyo, mientras los vecinos organizaban una brigada improvisada para rescatarlas.
Tras varias horas de intensa búsqueda, los cuerpos de ambas fueron hallados a la altura del anexo Flayertambo, a varios kilómetros del lugar donde fueron vistas por última vez.
Rosalvina Melgarejo se desempeñaba como docente en la Institución Educativa N.° 80499 El Porvenir, donde era muy querida por sus alumnos y colegas. Keyla, su hija, era ingeniera industrial colegiada y habilitada, con formación en gestión administrativa y seguridad laboral. En su perfil profesional, se describía como una joven perseverante y apasionada por su carrera.
La noticia ha causado una profunda consternación en la comunidad educativa de Ongón y en toda la provincia de Pataz. Compañeros de trabajo, estudiantes y vecinos acudieron a brindar apoyo a la familia y acompañar el sepelio, en medio de escenas de dolor y solidaridad.
Pobladores del sector El Porvenir lamentaron que, pese a los antecedentes de accidentes en la zona, no existan señales de advertencia, barandas ni medidas preventivas para quienes se acercan al río.
Las autoridades locales han sido exhortadas a implementar planes de seguridad y señalización, especialmente en zonas turísticas o de recreación natural, donde los accidentes por arrastre son frecuentes durante la temporada de lluvias.
“No queremos que más familias pasen por esto. Estos lugares deben estar protegidos o al menos señalizados”, expresaron los vecinos, aún conmocionados por el trágico suceso.
La muerte de Rosalvina y Keyla ha sido descrita como un acto de amor y sacrificio: una madre que luchó contra la fuerza de la naturaleza y una hija que, sin pensarlo dos veces, arriesgó su vida por salvarla.
Ambas dejan una huella imborrable en su comunidad y se han convertido en símbolo de unión familiar y fortaleza.

