Un nuevo episodio de violencia y delincuencia sacude al Centro Poblado de Roma, en la provincia de Ascope. Esta vez, la víctima es Porfirio Tarazona Villacorta, un conductor de la empresa de transportes Casa Grande Express S.A.P, quien fue brutalmente asesinado durante un asalto a mano armada mientras cubría la ruta entre Casa Grande y Trujillo.
El fatídico incidente ocurrió alrededor de las 6:15 p.m., cerca del cementerio municipal del C.P. Roma, cuando el vehículo de Tarazona, una minivan de placa M3V-096, fue interceptado por delincuentes armados. Según los informes preliminares y el testimonio de algunos pasajeros, uno de los asaltantes abordó el vehículo como un pasajero más en Casa Grande, mientras que otros dos esperaban en la carretera, listos para ejecutar el atraco. Fue en ese punto cuando, al intentar resistirse y no detener el vehículo, el conductor recibió varios disparos, tres de ellos en las piernas, provocándole una hemorragia mortal.
Inmediatamente después del ataque, el vehículo quedó varado a un costado de la carretera, con manchas de sangre en el asiento del conductor y en el suelo, testigos mudos de un violento asalto que culminó en tragedia. El conductor fue trasladado de urgencia al hospital de Essalud en Casa Grande, donde, lamentablemente, los médicos solo pudieron certificar su muerte debido a la gravedad de las heridas.
La noticia de este asesinato ha dejado en shock a los vecinos de Casa Grande y de Roma, quienes ven cómo la inseguridad ciudadana continúa ganando terreno en sus comunidades, pese a los esfuerzos que el gobierno central y las autoridades locales han desplegado en los últimos meses. En un contexto de estado de emergencia ampliado, la criminalidad parece desafiar todos los esfuerzos por restablecer la paz y la seguridad en la región.
La presidenta del Comité Provincial de Seguridad Ciudadana (COPROSEC), la alcaldesa Charito Cortijo, ha recibido duras críticas de la población, quienes consideran que las autoridades no están priorizando adecuadamente la seguridad en el distrito. Mientras se reportaba el asesinato de Tarazona Villacorta, la alcaldesa destinaba sus esfuerzos en la entrega de pañales en una actividad social, lo que ha generado cuestionamientos sobre si, en medio de una crisis de seguridad tan crítica, dichas campañas deberían ocupar un lugar secundario frente a la urgente necesidad de combatir la delincuencia.
En este escenario, los habitantes de Ascope y sus alrededores exigen respuestas y acciones concretas. «Nos están matando en nuestras propias calles, y las autoridades no hacen nada. No es posible que un trabajador honrado pierda la vida por simplemente cumplir con su labor», manifestó un residente visiblemente afectado por el suceso. Los familiares de la víctima también han alzado su voz, exigiendo justicia y una investigación a fondo que permita capturar a los responsables de este cruel asesinato.
La Policía Nacional del Perú ha iniciado operativos de búsqueda en un intento por dar con el paradero de los delincuentes, quienes huyeron del lugar rápidamente tras perpetrar el ataque. Sin embargo, hasta el momento, no se han reportado detenciones relacionadas con el caso, lo que incrementa la frustración y el sentimiento de inseguridad entre los ciudadanos. Las autoridades han instado a la comunidad a colaborar con cualquier información que pueda llevar a la identificación de los responsables, subrayando que la denuncia anónima es una herramienta fundamental en la lucha contra el crimen.
La muerte de Porfirio Tarazona Villacorta no es un caso aislado. En las últimas semanas, la provincia de Ascope ha visto un aumento alarmante en los actos de violencia, incluidos homicidios y asaltos a plena luz del día. El caso de Tarazona es solo el reflejo de una problemática más amplia, en la que la extorsión, los robos y los ataques armados son parte de la vida cotidiana de muchas personas que simplemente desean trabajar y regresar a casa en paz.
