La madrugada del 9 de mayo, un megaoperativo conjunto entre el Ministerio Público (MP) y la Policía Nacional del Perú (PNP) logró desarticular a la organización criminal «Los Compadres Nueva Generación».
La banda, conformada por al menos 22 personas, estaba liderada por Marco Antonio Mostacero Briceño y Carlos Aljovín Parihuamán Saavedra, quienes había amasado una fortuna de 4 millones de soles a través de extorsiones, robos y asaltos.
Las acciones policiales se realizaron en los distritos de La Esperanza, Florencia de Mora, El Porvenir y Alto Trujillo. También se allanaron celdas en los penales El Milagro de Trujillo y Cambio Puente en Chimbote. El operativo contó con la participación de 22 fiscales y fue supervisado directamente por la presidenta de la Junta de Fiscales Superiores, Dra. Lea Guayán Huaccha, y el fiscal William Rabanal Palacios.
La banda criminal se dedicaba principalmente a la extorsión, el asalto (marcaje) y el robo agravado. El modus operandi de la organización consistía en identificar a personas que retiraban grandes cantidades de dinero y luego, bajo amenazas con armas de fuego, robarles el efectivo. Posteriormente, se repartían el botín y devolvían las armas utilizadas. En cuanto a la extorsión, los líderes coordinaban el cobro de cupos a sus víctimas, en su mayoría empresas de transporte como Transportes California y Transportes Virgen de la Puerta.











El megaoperativo logró la detención preliminar de 15 integrantes, incluido Marco Antonio Mostacero Briceño (alias «Chicho»), mientras que se autorizó el allanamiento y descerraje de varios inmuebles. Durante los allanamientos se incautaron bienes que servirán como pruebas en la investigación. Entre los detenidos también figura Wilmer Alfredo Gonzales Pérez (alias «Alfredito»), un suboficial en retiro de la PNP.
Las investigaciones permitieron identificar a los líderes de la banda gracias a técnicas de inteligencia. Además, se documentaron las comunicaciones que revelaban cómo los cabecillas ordenaban los cobros extorsivos y distribuían los botines. En el caso de los robos, ambos líderes coordinaban el «marcaje», identificando a las víctimas y siguiendo sus movimientos hasta el momento propicio para el asalto.
La organización, que había amasado una fortuna de 4 millones de soles a través de sus operaciones ilícitas, operaba con total impunidad, sembrando miedo entre sus víctimas. Los extorsionadores enviaban cartas amenazantes y realizaban llamadas intimidatorias, asegurándose de que las víctimas pagaran los cupos exigidos.
El Ministerio Público continuará con las investigaciones para identificar a todos los miembros de la organización criminal y asegurar que reciban las sanciones correspondientes. Además, se busca desmantelar por completo las redes financieras que sostenían las actividades ilícitas de «Los Compadres Nueva Generación».