El secuestro de Oswaldo Alva Polo, pastor evangélico y agente municipal del caserío de Shiracmaca, en la sierra de La Libertad, ha causado conmoción en la comunidad. Tras haber sido liberado y puesto bajo custodia de la Policía Nacional del Perú (PNP), Alva Polo ha desmentido categóricamente las acusaciones que circulaban, desde entes interesados, sobre un supuesto autosecuestro, proporcionando nuevos detalles sobre su traumática experiencia en manos de los secuestradores.
En una declaración exclusiva ante las autoridades, Alva Polo reconoció a tres de los individuos que participaron en su secuestro, negando rotundamente cualquier participación en un montaje para fingir su propio plagio. “Pensé que nunca iba a salir vivo del cautiverio”, afirmó con la voz quebrada, dejando en claro el temor que sintió durante los momentos de su secuestro.
El pastor fue secuestrado en su comunidad rural de Shiracmaca, ubicada en la sierra de La Libertad, una zona alejada y de difícil acceso. Según relató Alva Polo, fue interceptado por un grupo de hombres armados mientras se desplazaba por una carretera local, siendo forzado a ingresar en un vehículo que lo condujo a una ubicación desconocida. “Estaba asustado, no sabía si iba a volver a ver a mi familia”, recordó con tristeza.
Durante su tiempo en cautiverio, los secuestradores le vendaron los ojos y lo retuvieron en una cabaña en medio de la montaña, según los detalles proporcionados por el pastor. “Podía escuchar sus voces, sabía que eran personas de la zona, pero nunca imaginé que llegarían a esto”, declaró. Alva Polo reconoció que el miedo lo consumía, ya que sus captores le habían advertido que, si no se cumplían sus demandas, su vida corría peligro.
Uno de los momentos más tensos ocurrió cuando los secuestradores comenzaron a contactar a la familia del pastor. A través de mensajes de texto enviados al celular de su hija, exigieron un rescate exorbitante de 10 millones de dólares a cambio de su liberación. Este monto desproporcionado provocó que la familia se movilizara desesperadamente, buscando ayuda de las autoridades y la comunidad.
“Nos pedían una cantidad que sabían que no podíamos pagar, pero querían presionarnos”, comentó un familiar de Oswaldo Alva Polo, quien prefirió no ser identificado. El angustiante pedido de rescate puso a la familia en una situación crítica, ya que temían por la vida del pastor si no se lograba reunir el dinero.