En el distrito de Parcoy, en la provincia de Pataz, se convirtió en un día de tensión y reivindicación social. Aproximadamente 500 manifestantes, conformados principalmente por comuneros de la comunidad «La Soledad», se congregaron para demandar la ampliación de concesión que la Empresa Minera Consorcio Horizonte les había otorgado.
Esta manifestación se caracterizó por su firmeza y pacifismo, destacando la determinación de los comuneros de luchar por sus derechos de manera ordenada.
Desde temprano, los manifestantes se ubicaron estratégicamente en rutas clave hacia la planta Los Zambos y la entrada de la curva Rumpuy. Estos puntos de bloqueo no solo dificultaron el acceso a las instalaciones mineras, sino que también enviaron un claro mensaje sobre la seriedad de sus demandas.
La consigna era clara: exigir el respeto a los acuerdos de concesión y la ampliación de los mismos, garantizando así la estabilidad y el desarrollo de sus comunidades.
La situación no pasó desapercibida para las autoridades. El personal de la Policía Nacional del Perú (PNP), incluyendo efectivos de la comisaría rural de Retamas, personal del medio ambiente, y un contingente de 29 efectivos de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (DINOES), se desplegó bajo el mando de la capitana Lisbeth Margaret De La Riva Torres. El objetivo principal era garantizar la seguridad y el orden durante la manifestación, además de abrir canales de diálogo entre los comuneros y la empresa minera.
La presencia policial, lejos de generar tensiones, facilitó un ambiente propicio para el diálogo. La capitana De La Riva Torres, junto con su equipo, se puso en contacto con el presidente de la comunidad campesina La Soledad, Segundo Vásquez. Este acercamiento fue crucial para evitar posibles confrontaciones y promover una solución pacífica al conflicto.
Segundo Vásquez, conocido por su liderazgo y capacidad de negociación, expuso las preocupaciones de los comuneros. Argumentó que la ampliación de la concesión era vital para el desarrollo sostenible de la comunidad, ya que muchas familias dependían directamente de las actividades mineras para su subsistencia. Asimismo, resaltó la importancia de que la empresa minera cumpliera con los compromisos adquiridos, no solo por razones económicas, sino también por respeto a la comunidad y su entorno.
El diálogo fue fructífero y permitió llegar a un entendimiento mutuo. Los representantes de la Empresa Minera Consorcio Horizonte, presentes durante las negociaciones, se comprometieron a revisar las demandas y buscar soluciones que satisfagan a ambas partes. Este compromiso incluyó la posibilidad de revisar los términos de la concesión y evaluar la viabilidad de la ampliación solicitada por los comuneros.
Mientras tanto, el personal de la PNP continuó brindando garantías de seguridad en los puntos de bloqueo, asegurando que la manifestación se desarrollara sin incidentes.