Un nuevo hecho de violencia ha estremecido a la provincia de Pacasmayo. En pleno centro del distrito de San Pedro de Lloc, un grupo de sicarios asesinó a balazos a José Antonio Justiniano Flores, de 48 años, un conocido chofer de colectivo que cubría la ruta San Pedro – Pacasmayo. El ataque se registró cerca de las 10 de la mañana del lunes en el cruce de las calles 2 de Mayo y Callao, a escasas cuadras de la Comisaría de San Pedro de Lloc.
De acuerdo con las primeras investigaciones policiales, la víctima se encontraba estacionada dentro de su automóvil —un vehículo color naranja con placa F9F-356— cuando dos sujetos a bordo de una motocicleta se acercaron y le dispararon a quemarropa, sin darle oportunidad de defenderse. Tras el ataque, los agresores huyeron con rumbo desconocido, dejando la escena envuelta en el pánico de los transeúntes y vecinos de la zona.
Según testigos, el ataque fue rápido y preciso, características propias de un ajuste de cuentas o crimen por encargo. Los disparos alertaron a los vecinos, quienes salieron de inmediato a auxiliar al conductor. Con la ayuda de algunos transeúntes, José Justiniano fue trasladado de urgencia al Centro de Salud Santa Catalina, donde los médicos solo pudieron certificar su deceso.
La escena del crimen fue rápidamente acordonada por agentes de la Policía Nacional, quienes iniciaron las diligencias preliminares. Los peritos recogieron varios casquillos de bala alrededor del vehículo, lo que confirma que el ataque fue planificado.
Fuentes policiales no descartan que este nuevo asesinato esté vinculado a la ola de extorsiones que azota a las empresas de transporte en la provincia de Pacasmayo, un fenómeno que en los últimos meses ha dejado varios ataques armados, amenazas y vehículos incendiados.
El nombre de José Antonio Justiniano Flores se suma a una lista de trabajadores del transporte víctimas de sicarios presuntamente enviados por bandas dedicadas a la cobranza de cupos y extorsiones.
“Estamos investigando si este crimen guarda relación con amenazas previas a conductores y empresarios del transporte interprovincial. Hay indicios de que grupos criminales buscan controlar rutas y exigir pagos ilegales”, explicó una fuente policial de la División de Investigación Criminal (Divincri) de Trujillo.
El ataque, ocurrido a una cuadra de la comisaría, ha vuelto a poner en evidencia la falta de control y presencia policial en esta provincia, donde el miedo y la impunidad parecen haberse instalado como una constante.
En lo que va del año, Pacasmayo y sus distritos —entre ellos San Pedro de Lloc y Guadalupe— registran un preocupante incremento de crímenes por encargo y casos de extorsión, especialmente contra transportistas, empresarios y comerciantes.
En Chepén, a pocos kilómetros, también se han reportado atentados con artefactos explosivos contra restaurantes y obras públicas, lo que evidencia que las redes de extorsión operan a nivel provincial y regional.
Las autoridades locales exigen acciones concretas del Ministerio del Interior, así como mayor presencia de la Dirincri y unidades especializadas, para frenar esta ola de violencia que mantiene en zozobra al norte liberteño.
