Por Olinda Valdez
Arquitecta y lideresa feminista
El 24 de julio del 2023, Perú Libre terminó por decepcionar el voto del pueblo. Un partido que se formó fuera de Lima, en provincia, en el que pusimos nuestras esperanzas de cambio, a pesar de no conocerlos tanto. Presentó a un profesor encabezando sus filas, un maestro, un campesino, un agricultor, un rondero, un sindicalista, que tenía un programa de cambio social para el país. Pensamos que él podía unir a este país tan diverso y fragmentando, un hombre que podía unir a todas las sangres, pues llevaba a su lado a muchos provincianos con ganas de hacer cambios.
Sin embargo, hoy, los que lo acompañaron y llegaron a ser congresistas parece que se olvidan de dónde vienen, para que están allí, dejando atrás la cuna de su lucha, traicionando a sus votantes. Al final sólo prima sus intereses particulares.
Se suponía que había una mesa directiva de izquierda, que fue anunciada con bombos y platillos, en los diarios el día 22 de julio del 2023, que por fin habían logrado cohesionar, pero al parecer mientras un sector de izquierda buscaba conformar una mesa, había otros, encabezado por Waldemar Cerrón, que buscaba a la derecha para poder ser titular en lista.
Como consecuencia de estos actos, han comenzado a renunciar congresistas, como Jaime Quito, Alex Flores, Pariona.
A pesar de las insinuaciones que daba el congresista Waldemar Cerrón, en el fondo si sorprende el actuar de Perú Libre. Esto recordando que e el papá de Cerrón, Jaime Cerrón Palomino, fue asesinado en el gobierno de Alberto Fujimori. Es por eso que sorprende como se deja a un lado hasta tus principios por migajas de la derecha, teniendo al otro lado, una mano de la izquierda, diciendo vamos juntos. No se logra dilucidar cuál es la lógica que están teniendo, más que una completamente arribista y mercantilista. Lo hacen a pesar de que la juventud de su partido se ha mostrado opositora ante una posible alianza con el fujimorismo.
¿A que están jugando en el Congreso? En las calles, no sólo se agita la salida de Dina Boluarte, sino que el cierre del Congreso podrido, y al mismo tiempo la libertad y restitución del presidente Pedro Castillo. El Congreso parece hacer caso omiso ante los pedidos de la población, negocian hacen lo que quieren como sino tuvieran ningún compromiso con sus electores, como sino les debieran el voto de haber llegado allí, por lo tanto, les deben dar cuentas a la población de sus votos y su actuar.
Tal vez no debería sorprender tanto el actuar de esta bancada, debido a que fueron ellos, los que votaron junto con la derecha en la elección del Tribunal Constitucional. También fueron quienes en la ayudaron a estos sectores a destruir a la SUNEDU, a elegir al defensor del pueblo. Como dicen por allí, una raya más al tigre pensó que no haría la diferencia, pero terminan por liquidarse y dinamitar su propia bancada, así como la esperanza de sus votantes. Aunque solo sean funcionales a la derecha y terminen siendo en el fondo furgón de cola, que quedarán en la historia como los traidores, no soóo en la supuesta vacancia del presidente Pedro Castillo, sino que se unieron con sus peores enemigos, con quienes no reconocieron perder las elecciones, es decir con el fujimorismo, que debería ser su enemigo antagónico y no, a quienes tildan de caviares.
Por otro lado, el líder del partido político de Perú Libre, Vladimir Cerrón, intenta justificar lo injustificable, diciendo que, “la izquierda no solo debe ser conformacional, sino también aprender a gobernar”. Eso no es otra cosa que un manotazo de ahogado para salir a flote. Lamentablemente ya nadie les cree. Como dijo el Che Guevara, a quien tanto cita el señor Cerrón: “La revolución no se llena en los labios, se lleva en el corazón y en los hechos”.
Y el fujimorismo representa todo lo contrario a los ideales de izquierda; Trabajaron con organizaciones como USAID para realizar esterilizaciones forzadas, es el partido que regaló al Perú, que hizo una Constitución del 93′ a la medida del empresariado, esa misma Constitución que hoy el clamor popular dice que quiere cambios, reclama ser parte de una Asamblea Constituyente. T
Todo esto para lograr entrar, aunque sea debajo de la mesa, de adorno, en la esquina de los repudiados por la derecha en una mesa directiva. Creyendo que su principal enemigo es la social democracia y no quienes apoyan este régimen, pues en la práctica el fujimorismo es la bancada de Dina Boluarte.
Se observa en las redes sociales, tildar el partido de Perú Libre, por la alianza con la derecha de tildarlos de “fujicerronismo”.
Sin embargo, muchos de estos rostros del progresismo, también se alió con la derecha para obtener alguna cuota de poder antes de este gobierno, y son estos sectores quienes dijeron:“Hay que salir a marchar por la democracia ante la vacancia de Vizcarra”. Empero, que sacaron cuerpo ante la destitución del presidente Pedro Castillo. Son quienes argumentan que Castillo fue un “accidente”, menospreciando el voto de los electores completamente conscientes de a quien le apostaban su voto de esperanza.
Tildar a Perú libre de “fujicerronismo”, no les va a sumar votos en las urnas, porque para el sector liberal, la democracia recién se perdió con la toma de las instituciones y el pronunciamiento del Tribunal Constitucional; que el Poder Legislativo no se puede disolver; y para el resto del país, la esperanza de tener democracia fue arrebatada del 7 de diciembre, con la destitución de un presidente que fue elegido por el pueblo, democráticamente, y quien no lleva un debido proceso como lo señala la Constitución.
El presidente Pedro Castillo, debió en todo caso tener un juicio político, pero el Congreso se saltó las normas, discutió una vacancia sin tener una moción, aliados con una fiscal que acusa de un acto de “Rebelión en armas”, sin que el presidente tenga ningún arma, y ¿contra quién se rebelaba? ¿Se alza en armas contra sí mismo? Hay acusaciones que no tienen ni pies ni cabeza en este hermoso país llamado Perú, donde parece que se ha perdido el sentido común hasta de la justicia, ante el bombardeo de información de los medios hegemónicos.
Se supone que Perú Libre era la bancada que representaba el pueblo, irse con la derecha es un error. Recuerden que el pueblo castiga con el voto, Perú Libre está cavando su propia tumba que sólo termina por socavarlos más, ayudando en este juego a la derecha, la mismo que no reconoció perder la elección, la que justifica las matanzas, la que acusa de terroristas a los manifestantes, por eso se considera que es una traición hasta de principios básicos como la lealtad por un curul en la mesa directiva en el Congreso.