Dirigentes de diversos gremios del transporte en Trujillo han confirmado que, de no ver resultados palpables hasta el 6 de octubre en temas de seguridad ciudadana, sobre todo en las extorsiones, acatarán una huelga indefinida a partir del día siguiente, es decir el 7 de octubre, movilizando no solo a los transportistas, sino también invitando a otros gremios a unirse a esta medida de fuerza.
El presidente de la Asociación de Transportistas de la Región La Libertad (Astrell), Carlos Guerra Alva, indicó que los gremios del transporte en Trujillo están cansados de las promesas y de la inacción de las autoridades frente a un problema que ha escalado a niveles insostenibles. Los transportistas son víctimas constantes de extorsión, amenazas y violencia por parte de bandas criminales que operan en la región, denunció.
El líder de los transportistas confirmó, además, que la huelga sería una medida nacional, ya que han coordinado con colegas de Lima para que la protesta se extienda a todo el país. Uno de los temas más graves que afecta a los transportistas es la extorsión. Según datos proporcionados por el gremio, más de 16 mil transportistas en Trujillo están obligados a pagar cupos a organizaciones criminales. El fenómeno ha llegado a tal punto que muchos conductores son extorsionados hasta por tres bandas diferentes al mismo tiempo, lo que ha generado una situación de miedo y desesperación entre los trabajadores del volante.
Consuelo Obeso Gonzales, secretaria de Defensa de Astrell, destacó que el nivel de intimidación ha escalado: «Los delincuentes ya no solo extorsionan a los gerentes de las empresas de transporte, ahora van directamente a las casas de los choferes para exigirles el pago de cupos». Esta nueva táctica, según Obeso, ha puesto a los transportistas en una situación aún más vulnerable, pues las amenazas se han vuelto más personales y directas.
Los dirigentes del sector transporte no solo responsabilizan al gobierno nacional, sino también señalan la falta de apoyo de las autoridades municipales de Trujillo y del Gobierno Regional de La Libertad como factores clave para el avance del crimen organizado en la región. Obeso fue enfática al afirmar que «la delincuencia ya nos ganó porque tenemos autoridades que no se preocupan por la ciudad». El sentir generalizado entre los transportistas es que, a pesar de las constantes quejas y denuncias, las autoridades locales han mostrado poca disposición o capacidad para frenar la escalada de violencia y criminalidad.