Un manto de misterio es el que se ha tendido alrededor del secuestro de Santos Guillermo Sánchez Vera, conocido como Chapana, un hombre que se dedicaba a la minería en la sierra de La Libertad, principalmente en las provincias de Pataz y Santiago de Chuco.
Chapana está desaparecido desde las 4 de la madrugada del jueves, cuando delincuentes armados, a bordo de dos vehículos, emboscaron la camioneta marca Ford, color roja, de placa de rodaje BFF-945, en el kilómetro 21 de la carretera a la sierra liberteña, en el sector Bello Horizonte. Al interior, en el asiento del copiloto, sobre el piso, había manchas de sangre y ningún rastro de los ocupantes. Se supone que en ese asiento viajaba Santos Guillermo Sánchez Vera, quien según las primeras investigaciones iba junto a otras dos personas, uno de ellos su amigo y el otro su guardaespaldas, que también están en calidad de desaparecidos desde ese día.
La camioneta abandonada está a nombre de Brahil Sanchez Vera, hermano de Chapana, según Sunarp. Horas después, se reportó el hallazgo de dos cadáveres de dos hombres en el sector La Ramada, en el distrito de Huamachuco, por la Laguna El Toro, en la provincia de Sánchez Carrión. Los cuerpos aún ni se han identificado y están sometidos a los análisis respetivos. Presentan disparos, principalmente en la cabeza, con signos de haber sido torturados.
La Policía, a través del jefe de la Divincri, coronel Javier Méndez Yupanqui, confirmó el secuestro y las investigaciones para determinar si es que los cuerpos hallados les pertenecen a los acompañantes de Santos Guillermo Sánchez Vera.
Lo cierto es que, a la fecha, los familiares del minero, principalmente su esposa ha recibido mensajes y llamadas, una de ellas supuestamente realizada por la propia víctima que le dice que está secuestrada y que tiene que reunir 10 millones de dólares para que lo liberen sano y salvo. “Hay una comunicación que han hecho personas desconocidas a la familia, pero eso usted sabe mucha gente se aprovecha de estas circunstancias. No podemos aseverar esto. Estamos abocados a la búsqueda de estas personas”, dice el coronel Javier Méndez Yupanqui, quien bajo su mando ha fracasado en esclarecimiento de cinco secuestros registrados en Trujillo. Reporteros de Causa Justa también se comunicaron con familiares y éstos confirmaron esa llamada exigiendo 10 millones de dólares, pero que no saben si es que se trata o no de la víctima. “Por la voz se parece”, dijeron al tiempo de indicar que el celular de Santos Guillermo Sánchez Vera está apagado desde la madrugada del jueves.
GUERRA POR EL ORO
De lo que si se sabe es que actualmente Santos Guillermo Sánchez Vera es uno de los hombres fuertes de la minería en Pataz. Empezó como minero ilegal y se dedicaba a comprar y vender mineral robado. “Delincuentes asaltaban camiones cargados de mineral y él lo compraba y luego lo vendía. Así hizo su fortuna. Todos los jefes han ‘comido’ de su mano, todos saben quién es Chapana”, contó un agente de la PNP.
Valiéndose de eso, no se descarta que detrás de su secuestro o desaparición estén organizaciones criminales rivales que también se dedican a la minería ilegal en Pataz. “Puede que haya cerrado un ‘negocio’ a otro, con oro, o que quieran sacarlo de este negocio”, comentó un agente policial. La otra hipótesis que manejan es que Santos Guillermo Sánchez Vera haya colisionado con una familia poderosa que se dedica también a la minería en la sierra liberteña.
DUEÑO DE EMPRESAS
El hermano de Chapana, Brahil Sanchez Vera, sería trabajador de la empresa minera Poderosa. A nombre de Guillermo Sánchez Vera, el secuestrado, aparece la empresa Inversiones Minerales Sánchez que tiene su centro de operaciones en el distrito de Mollebamba, en la provincia de Santiago de Chuco, y en Pataz. En el 2018 fue detenido por supuestamente intentar asesinar a balazos a su esposa en el distrito de Florencia de Mora, en Trujillo. Aquella vez se le halló en su poder una pistola y dos cajas de municiones. Chapana también aparece como gerente de la empresa Macc Visión S.A.C., dedicada, igual, a la extracción de mineral.