La indignación y el temor se apoderan de los vecinos de la urbanización Libertad, en Trujillo, quienes han decidido alzar su voz para exigir a la Policía Nacional del Perú (PNP) mayor seguridad frente a la creciente ola de extorsiones y atentados con explosivos que azota la ciudad.
La gota que derramó el vaso fue la detonación de un artefacto explosivo la noche del martes en la vivienda del director de un colegio, ubicada a espaldas de lo que alguna vez fue una sede policial.
Cansados de vivir con miedo, un grupo de moradores se trasladó hasta la sede de la Tercera Macro Región Policial de La Libertad, donde exigieron que las autoridades tomen medidas urgentes para frenar el accionar de los delincuentes, quienes han encontrado en las extorsiones y ataques con explosivos un método efectivo para infundir terror y someter a sus víctimas.
Los vecinos pidieron el retorno de la base de Radio Patrulla Este, con la esperanza de que su reinstalación garantice una mayor presencia policial y respuesta inmediata ante las constantes amenazas que enfrentan los residentes y comerciantes de la zona.
«Los delincuentes se burlan de las autoridades», expresaron con indignación los manifestantes, quienes aseguran que los ataques ocurren sin que las fuerzas del orden logren prevenirlos o capturar a los responsables. La proximidad de los atentados con instalaciones policiales, como en este último caso, refuerza la percepción de impunidad con la que operan las bandas criminales.
La situación en Trujillo se ha vuelto insostenible. La extorsión, un delito que hace algunos años estaba focalizado en el sector del transporte, ha expandido su alcance a empresarios, comerciantes y ahora también a docentes y directores de instituciones educativas, convirtiéndose en una de las principales amenazas para la tranquilidad de la ciudadanía. A pesar de la llegada de personal militar y fuerzas especiales de la Policía, los ataques continúan y la sensación de inseguridad sigue en aumento.
La exigencia de los vecinos es clara: acciones concretas y efectivas que realmente frenen la ola de violencia. La reactivación de unidades policiales especializadas y el incremento de operativos en zonas críticas son algunas de las medidas que esperan sean implementadas de inmediato. Mientras tanto, la incertidumbre persiste y la población se mantiene en alerta, esperando que las autoridades cumplan con su deber de garantizar la seguridad en Trujillo.