Una impactante revelación salió a la luz durante una nueva sesión de la Comisión de Fiscalización del Congreso de la República: la víctima de presunto abuso sexual por parte de Jorge Torres Saravia, exjefe de la Oficina Legal y Constitucional del Parlamento, aseguró que su denuncia fue ignorada por Recursos Humanos del Congreso. Además, afirmó que fue despedida poco después de haber expuesto su caso.
La denunciante relató que acudió con desesperación a la Oficina de Recursos Humanos para buscar apoyo y presentar una sanción administrativa contra Torres Saravia. Sin embargo, afirmó que la funcionaria encargada, Haydi Figueroa Valdez, no solo minimizó la gravedad de la denuncia, sino que dejó entrever que había antecedentes de conductas inapropiadas del acusado.
«Con lágrimas en los ojos, le pedí apoyo. Le expliqué que ya no podía seguir trabajando junto a mi violador. ¿Y qué hizo ella? Respondió: ‘Otra vez’. Esa fue su expresión: ‘¿Otra vez, Jorge?’. ¿Eso qué quiere decir? Que ya hubo denuncias anteriormente», declaró la víctima ante los miembros de la Comisión de Fiscalización.
Este comentario no solo muestra la aparente falta de acción frente a denuncias previas, sino también una cultura de desinterés institucional en la atención a casos de abuso y acoso dentro del Congreso.
Un despido tras la denuncia
La denunciante también afirmó que, tras presentar su caso, fue despedida de manera inmediata. «Te utilizan y luego te botan,» dijo al referirse al trato recibido por parte de las autoridades administrativas del Congreso. Según su testimonio, su salida laboral fue una represalia directa por haber señalado a Torres Saravia.
«Ni bien hice la denuncia, me despidieron. Esto demuestra cómo se protege a los victimarios y no a las víctimas. Me dejaron sola frente a mi agresor y luego me silenciaron,» agregó.
La declaración de la denunciante ante la Comisión de Fiscalización ha encendido alarmas sobre la posibilidad de un patrón de comportamiento tolerado o incluso encubierto dentro del Congreso. La expresión de Figueroa Valdez, «Otra vez,» sugiere que existieron denuncias previas contra Torres Saravia que no habrían sido atendidas o investigadas a profundidad.
Este caso se suma a las acusaciones que señalan a Torres Saravia como presunto líder de una red de prostitución que operaba al interior del Congreso, lo que amplía la preocupación sobre la existencia de prácticas de abuso de poder y violencia contra mujeres en el entorno laboral del Parlamento.