La tranquilidad de la calle San Pedro N.º 409, en el distrito de Chepén, se vio interrumpida la madrugada del martes, cuando un estruendo provocado por la detonación de un artefacto explosivo causó daños materiales en un inmueble.
El ataque, presuntamente vinculado a una red de extorsión, ha encendido las alarmas de las autoridades y de la comunidad local, quienes temen por la seguridad en la zona.
Según informó la Policía Nacional del Perú (PNP), el hecho ocurrió alrededor de las 4:00 a.m. Testigos, entre ellos Z.V.T.Z., propietaria del inmueble, declararon haber escuchado el sonido de una motocicleta momentos antes del estallido. La explosión dañó el portón de ingreso de un local ubicado en el primer piso, actualmente alquilado por la empresa constructora «Mera».
La mujer, quien reside en el segundo piso del edificio, relató que el estruendo la despertó abruptamente. Aunque no sufrió daños personales, los destrozos en el inmueble y el temor por posibles represalias han generado una profunda preocupación. Los representantes de la empresa afectada, por su parte, se mostraron renuentes a proporcionar sus datos personales a las autoridades, citando el miedo a represalias por parte de los extorsionadores.
El administrador de la empresa constructora «Mera» habría estado recibiendo mensajes extorsivos a través de la aplicación WhatsApp, en los cuales se le exigía el pago de 50,000 soles para evitar ataques futuros contra la empresa o sus trabajadores. Los mensajes provendrían del número telefónico 936409972, una línea que ya está siendo rastreada por las autoridades como parte de la investigación en curso.
Personal de la PNP se trasladó inmediatamente al lugar de los hechos tras conocer el incidente durante su patrullaje preventivo. La División de Investigación Criminal (Divincri) ya se encuentra trabajando en el caso, intentando identificar a los responsables detrás de este ataque y de las amenazas extorsivas. Asimismo, se ha comunicado el caso al Ministerio Público para coordinar las diligencias necesarias.
La policía ha intensificado las labores de patrullaje en la zona como medida preventiva, mientras instan a la población a colaborar con cualquier información que pueda ayudar en las investigaciones. Sin embargo, el miedo generalizado dificulta el flujo de datos que puedan ser cruciales para esclarecer el caso.