Cumpliendo lo que había prometido en su discurso de asunción como alcalde provincial de Trujillo, Arturo Fernández Bazán, lo que ratificó el domingo último a través de redes sociales, ayer lunes la plaza de armas estuvo sin ambulantes, lo que no se veía así hace mucho tiempo.
Esto fue bien recibido por turistas y transeúntes que circulaban por nuestro más representativo espacio público, relajándose del desasosiego propio de la coyuntura política en el país, los que se relajaban observando las áreas verdes, componentes de la plaza y las antiguas casonas que la rodean.
Además de la plaza -donde por redes sociales se difundieron imágenes de un vendedor ambulante miccionando cerca del monumento a La Libertad-, el burgomaestre indicó que limpiará de ambulantes todo el centro histórico. “Uno puede ser pobre, pero limpio”, dijo, asegurando que no habrá ningún ambulante desde av. España a la plaza de armas, hasta que aprendan a cuidar a su ciudad.
Las hermanas Marlene y Soledad Fernández, que llegaron con familiares pequeños desde Lima para visitar Trujillo y sus recursos turísticos aprovechando las vacaciones escolares de los menores, señalaron la conveniencia de no tener ambulantes en la plaza, porque no dejaban gozar con tranquilidad sus particularidades.
“Sin ambulantes la plaza estará más limpia, ordenada y segura”, coincidieron en señalar transeúntes que la recorrían al mediodía.
La plaza de armas de Trujillo fue trazada en 1534 por el español Martín de Estete. En su interior está el monumento a La Libertad, obra del escultor alemán, Edmundo Moeller, contratado por la comisión del Centenario de la Libertad de Trujillo, en diciembre de 1820, para su diseño e instalación.
Es una de las más grandes y bellas del Perú, tiene 8 jardineras grandes perimetrales y 8 más pequeñas alrededor del monumento a La Libertad con unos 8 mil m2 de área con grass americano, 15 mil plantones ornamentales, palmeras y frondosos árboles cuya sombra y bancas ubicadas estratégicamente invitan al breve descanso.
La plaza recibió hace poco un mantenimiento especial por parte de la municipalidad después de las actividades de navidad y año nuevo, entre ellas el Festival de Luces y Colores, que congregaron a miles de personas. El mantenimiento es parte de intervenciones periódicas que se realizan cada 15 o 20 días, considerando que a diario es visitada por varios miles de personas.