Israel Del Piero Alexander Sánchez García, un joven de 18 años, se presentó en la comisaría de Sánchez Carrión del distrito de El Porvenir para denunciar un presunto caso de abuso de autoridad y lesiones.
Según su relato, el incidente involucró al coronel PNP Víctor Revoredo Farfán, jefe de Criminalidad de Trujillo, y otros tres hombres que se identificaron como efectivos policiales.
Sánchez García afirmó que el 13 de junio, alrededor de las 9:30 de la noche, fue interceptado por una camioneta blanca con lunas polarizadas mientras se encontraba frente a su domicilio en el asentamiento humano Los Libertadores, en el distrito de El Porvenir. De acuerdo con su denuncia, fue obligado a entrar en el vehículo donde uno de los individuos comenzó a golpearlo repetidamente en diferentes partes del cuerpo, presionándolo para que confesara sobre actividades delictivas que él desconocía.
En su declaración, Sánchez García mencionó que se percató de que el conductor del vehículo era el coronel Revoredo, quien le habría exigido que «entregue a alguien de peso». El joven aseguró que no tenía conocimiento de lo que le pedían y que, al negarse a cooperar, fue amenazado con “romperle la puerta” de su hogar y con ser sacado de la universidad donde estudia.
Después de ser llevado por diversas partes del distrito del distrito de Alto Trujillo, Sánchez García fue finalmente liberado alrededor de la medianoche en la calle Riva Agüero de El Porvenir, según indicó en su denuncia.
SUS DESCARGOS
Al ser consultado por Causa Justa sobre las acusaciones, el coronel Revoredo negó cualquier implicación en los hechos descritos por Sánchez García. Revoredo, quien ocupa un alto cargo en la lucha contra la criminalidad en Trujillo, declaró que, en el momento del incidente, en la hora y el día, él se encontraba en Virú realizando diligencias propias de su labor. Además, cuestionó la veracidad de la denuncia, señalando inconsistencias como el hecho de que, según la denuncia, él estaría al volante del vehículo cuando él no maneja.
El coronel sugirió que la denuncia podría ser un intento de desacreditar su trabajo y mencionó que es común que funcionarios en su posición enfrenten denuncias como represalia por su labor en la lucha contra la criminalidad.
Por un lado, está la versión del joven Sánchez García, quien afirma haber sido víctima de un grave abuso de autoridad, lo cual plantea serias preocupaciones sobre el uso excesivo de poder y la violencia por parte de algunos miembros de la policía, tal como se da en algunos casos. Por otro lado, la defensa del coronel Revoredo, que sostiene su inocencia y su desconocimiento del caso.
¿EL MÉTODO REVOREDO?
Hay que señalar que Revoredo, en el 2013, cuando aún era comandante, llegó a Trujillo, conjuntamente con un grupo de policías, para investigar el homicidio del director del penal El Milagro de Trujillo, Jorge Quijano Izquierdo. Este grupo policial detuvo y acusó del crimen a Santos Valdivieso Rodríguez, de 37 años de edad, a quien le pusieron el alias de “Pichanguita”. Valdivieso estuvo a punto de ir preso, pero un pequeño detalle lo salvó de la cárcel: su discapacidad en una de las piernas, que le impedía caminar con dificultad. Resulta que los testimonios de los testigos del asesinato del director del penal El Milagro, indicaron que el sicario que le disparó huyó corriendo, cosa que era imposible en Pichanguita.
Frente a este escandaloso caso, aquella vez, el ministro de ese entonces, Wilfredo Pedraza, tuvo que salir a pedir disculpas a Santos Valdivieso Rodríguez. Luego de eso, los agentes detuvieron a un familiar de Valdivieso Rodríguez argumentando que se habían equivocado por el parecido entre ambos; sin embargo, el caso finalmente quedó impune. No se encontró responsabilidad ni en uno ni en otro lado.