El atentado con material explosivo contra la sede del Ministerio Público en Trujillo, ocurrido en la madrugada del 20 de enero de 2025, desató una intensa investigación que culminó con la captura de varios presuntos implicados.
Este acto, atribuido a la organización criminal “Los Compadres”, buscaba intimidar a la fiscal Jennifer Ludeña Meléndez, encargada de desmantelar redes delictivas en La Libertad, según las primeras investigaciones.
Las pesquisas policiales llevaron a detener a los sospechosos del ataque ocurrida contra la institución policial, ubicada en la intersección de las avenidas Alcides Carrión y Jesús de Nazaret, y a llevar a establecer cómo es que se planificó todo, de acuerdo a información recopilada por Causa Justa.

Según las investigaciones, horas después del ataque, la fiscal Jennifer Ludeña Meléndez, de la Fiscalía Especializada en Crimen Organizado de La Libertad, recibió mensajes intimidatorios a través de WhatsApp desde un número desconocido. Estas amenazas dejaron en claro que el atentado era un mensaje directo para disuadirla de avanzar con las investigaciones contra los integrantes de “Los Compadres”, contra quien en los próximos días solicitará la ampliación de la prisión preventiva.
CÁMARAS FUERON CLAVES
El personal del grupo de Secuestros y Extorsiones de la División de Investigación Criminal (DIVINCRI) de Trujillo inició un riguroso operativo para identificar y capturar a los responsables. A través del análisis de cámaras de vigilancia cercanas, en el óvalo Mansiche, se identificaron dos vehículos sospechosos involucrados en el ataque: un Hyundai Accent negro con placa CHM-355, con farola de la empresa Sonrisas, y un Kia Soluto rojo oscuro con una franja negra en el techo, desplazándose por la calle Nápoles e ingresando a la derecha hacia el pasaje Jorge Chávez.
Un vecino anónimo, quien observó movimientos sospechosos en la zona, proporcionó información clave al anotar la placa del Hyundai negro. Este dato llevó a los investigadores hasta Erotides Eugenio Mercedes Calderón, propietario del vehículo y primer detenido en el caso. Lo ubicaron en su casa en la calle San Agustín 2230, en el distrito de El Porvenir.

LA CONFESIÓN
En su declaración, Mercedes Calderón admitió que la noche del ataque transportó una caja amarilla de delivery que contenía el explosivo, siguiendo las órdenes de Segundo Orlando García, presunto miembro de la banda criminal “Los Compadres”. Según su versión, el material fue entregado a un hombre con acento extranjero, probablemente venezolano, que llegó en la motocicleta utilizada para el atentado. La entrega se hizo en la casa ubicada en la Mz. 27 lote 04 – Víctor Raúl – El Porvenir.
El detenido permitió el ingreso de los agentes a su domicilio, donde se encontró el vehículo Hyundai, prendas de vestir utilizadas durante los hechos, y tres teléfonos celulares. Además, mientras se realizaba el registro, Mercedes Calderón recibió un depósito de 500 soles vía Yape, supuestamente como parte del pago por el «trabajo» realizado. El pago total fue de 1.000 soles y la entrega del paquete se hizo por inmediaciones del estadio Mansiche.

Con la información proporcionada por Mercedes Calderón, la Policía ubicó el domicilio de Thalia Rosmery Neira Beltrán, presunta cómplice en el traslado del explosivo. Aunque no se encontraba en su vivienda, su hermana permitió el ingreso para corroborar su ausencia. Thalía fue quien bajó del taxi y entregó la caja de delivery, que contenía el explosivo, a un motorizado por el estadio Mansiche.
Posteriormente, se intervino la casa de Yudith Vanessa Quispe Rodríguez, quien también estaba vinculada al caso a través del depósito en Yape. De manera similar, no fue encontrada en su domicilio, pero las investigaciones continuaron con la obtención de pruebas.
En otro punto clave del operativo, los agentes se dirigieron a la vivienda donde se cargó la caja con explosivos. Allí, mientras los oficiales subían al segundo piso, un hombre identificado como Segundo Orlando García Reyes escapó descolgándose por una soga. En el lugar se incautaron teléfonos celulares, cacerinas de arma de fuego abastecidas, y un sistema de cámaras de videovigilancia que podría contener pruebas adicionales.
Mientras los agentes culminaban la intervención, observaron un vehículo sospechoso merodeando la zona. Era el Kia Soluto rojo oscuro, registrado en las cámaras como parte del plan delictivo. El conductor, Juan Carlos Valera Barros, admitió haber trasladado a un hombre desde El Porvenir hasta el lugar del atentado, aunque afirmó no conocerlo. Su detención permitió incautar más evidencia, incluyendo un teléfono celular que podría ser clave en la investigación. Una de las mujeres detenidas estaría vinculada sentimentalmente a un miembro de la banda “Los pulpos”. Por el “trabajo” cada uno de los detenidos cobró mil soles. Parte del dinero fue incautado por la Policía.
Los detenidos y las evidencias recopiladas fueron trasladados al complejo policial de San Andrés para continuar con las diligencias. La fiscal Elia Vilca Julca, de la Segunda Fiscalía Penal Provincial Corporativa de Trujillo, está a cargo del caso.