El crimen organizado sigue golpeando con fuerza a los distritos más vulnerables de Trujillo, donde la extorsión y la violencia se han convertido en amenazas latentes para empresarios y ciudadanos.
En este contexto, el primer despacho de la Fiscalía Mixta Corporativa de El Porvenir logró que la autoridad judicial dictara nueve meses de prisión preventiva contra tres individuos implicados en delitos graves que ponen en evidencia la sofisticación y brutalidad con la que operan estas redes delictivas.

Los procesados han sido identificados como Guillermo Alexandro Loyola Mercedes, acusado de extorsión y receptación agravada; Ricardo Emerson Veneros Monzón, imputado por extorsión agravada; y Edwin Alejandro Herrera Sánchez, señalado como responsable del delito de tenencia ilegal de materiales explosivos. La medida fue sustentada por la fiscal adjunta provincial Marylin Pereda Llerena, quien presentó en audiencia los elementos de convicción que vinculan a los investigados con los hechos delictivos, demostrando así la gravedad del caso y la necesidad de que permanezcan privados de su libertad mientras se desarrolla la investigación.
El caso se remonta a la madrugada del 14 de enero de 2025, cuando un fuerte estruendo despertó a los vecinos del distrito de El Porvenir. Un artefacto explosivo fue detonado en la fachada de la empresa de transportes El Cortijo, una de las muchas compañías que, en los últimos años, han sido blanco de bandas extorsivas que operan bajo amenazas constantes y ataques violentos. Este nuevo atentado encendió las alarmas en las autoridades, que rápidamente desplegaron operativos para dar con los responsables.
La Policía Nacional del Perú (PNP), tras recoger información de testigos y analizar registros de seguridad, logró identificar las características físicas de los autores del atentado, así como el vehículo en el que huyeron del lugar. Con estos datos, se llevó a cabo un operativo en distintos puntos de la ciudad, lo que permitió la captura de Guillermo Loyola Mercedes y Ricardo Veneros. Durante la intervención, los sujetos fueron encontrados en posesión de evidencia que los vinculaba con el ataque, además de documentación sospechosa que reforzaba la hipótesis de que pertenecían a una red criminal dedicada a la extorsión.
Sin embargo, las investigaciones no terminaron allí. Las diligencias condujeron a la ubicación de Edwin Herrera, un individuo que, según las pesquisas, tenía un rol clave en el abastecimiento de explosivos utilizados en este tipo de atentados. Cuando la policía allanó su domicilio, se encontró una caja con cuatro cartuchos de dinamita, listos para ser utilizados en nuevas acciones criminales, así como una camioneta con reporte de robo, lo que evidenció la magnitud de la organización delictiva a la que pertenecía.
El caso ha puesto nuevamente sobre la mesa la problemática de la extorsión en Trujillo, donde empresarios del transporte, comerciantes y hasta pequeños emprendedores viven bajo el temor constante de ser víctimas de ataques similares. Las bandas dedicadas a esta actividad ilícita no solo exigen pagos exorbitantes a cambio de «protección», sino que recurren a la violencia extrema cuando sus demandas no son cumplidas, dejando a la población en una situación de indefensión que parece no tener fin.
Las autoridades han resaltado la importancia de esta intervención como un golpe significativo contra el crimen organizado, aunque reconocen que aún queda mucho por hacer para erradicar la violencia que azota la región. Mientras los tres detenidos cumplen prisión preventiva, las investigaciones continúan con el objetivo de identificar a otros posibles implicados y desmantelar por completo la red criminal detrás de estos ataques.
Este caso refleja la urgencia de reforzar las estrategias de seguridad en Trujillo y en distritos como El Porvenir, donde la extorsión y los atentados con explosivos se han convertido en parte de una peligrosa cotidianidad. La captura de estos sujetos representa un avance, pero el desafío de garantizar la seguridad y restablecer la tranquilidad en la zona sigue siendo una tarea pendiente para las autoridades y la sociedad en su conjunto.