A pesar de la disponibilidad de gimnasios, nutricionistas y exámenes médicos, la Policía Nacional del Perú enfrenta una alarmante crisis de salud. Un reportaje de Punto Final, emitido el domingo 7 de julio, reveló que, en 2023, el 74% de los policías padecía de obesidad y sobrepeso. Peor aún, en el primer trimestre de este año, el 66% de los agentes evaluados ya presentaban estas condiciones, lo que no solo pone en riesgo su salud, sino también la seguridad de los ciudadanos.
A pesar de contar con diversos gimnasios exclusivos y un programa de nutrición establecido en las normativas, los problemas de obesidad persisten entre los efectivos policiales. Estos centros de acondicionamiento físico están presentes en distintas unidades policiales, incluido el Ministerio del Interior, y se supone que los policías en actividad tienen acceso gratuito a desayuno, almuerzo y cena con asesoramiento nutricional obligatorio.
El general Olger Benavides, jefe de administración de la Policía, defiende la calidad de la alimentación proporcionada en los complejos policiales. Según Benavides, la normativa asegura que los policías deben recibir comidas que no excedan un porcentaje específico de calorías: el desayuno no debe tener más del 30% de calorías y el almuerzo no debe superar el 40%. Sin embargo, imágenes enviadas por diversos efectivos muestran que no todas las unidades cumplen con estas directrices, ofreciendo alimentos de baja calidad y sin supervisión nutricional.
En la División Nacional de Operaciones Especiales (DINOES), la situación es diferente. Aquí, el rancho policial es supervisado por un nutricionista, y con un presupuesto de 12 soles diarios por persona, los agentes reciben desayunos, almuerzos y cenas adecuadas. Este estándar de nutrición debería replicarse en todas las unidades policiales y comisarías, donde actualmente la calidad y supervisión de la alimentación son deficientes.
Desde 2017, existe una directiva que establece normas y procedimientos para el control y prevención de la obesidad en la policía. Sin embargo, su implementación ha sido parcial y lenta. La falta de exámenes físicos obligatorios para el ascenso es un problema crítico. Coroneles y generales deberían estar en óptimas condiciones físicas para liderar operativos, pero sin exámenes obligatorios, esto no siempre es el caso.
La adecuada alimentación y la implementación de exámenes físicos obligatorios son cruciales, no solo para la salud de los efectivos policiales, sino también para la lucha contra el delito. Policías en mejores condiciones físicas son más eficaces en el desempeño de sus deberes, lo que repercute directamente en la seguridad ciudadana.
La Policía Nacional del Perú enfrenta un desafío significativo en términos de salud y bienestar de sus efectivos. Las autoridades deben asegurar que todas las unidades policiales cumplan con las directrices de nutrición y que se implementen exámenes físicos obligatorios para todos los rangos. Solo así se podrá garantizar que los policías estén en condiciones óptimas para proteger y servir a la ciudadanía.