En un aterrador descubrimiento que revela la magnitud de la violencia relacionada con la minería ilegal en Pataz, en la sierra de La Libertad, personal de la División de Investigación Criminal (DEPINCRI) de Huamachuco y expertos en Criminalística de Trujillo localizaron seis cuerpos en estado de descomposición y ocho bolsas con restos óseos en una mina de la empresa minera La Poderosa, en la provincia de Pataz. El hallazgo se produjo tras una diligencia fiscal llevada a cabo por el Fiscal Provincial Mixto Leonel Altamirano Llovera de la FPM-Pataz.
Los cuerpos fueron encontrados dentro de un «shute» o chimenea de desmonte de aproximadamente 100 metros de altura y con un diámetro de 2×2 metros. Según la investigación preliminar, el área donde se realizó el descubrimiento había sido controlada por mineros ilegales durante al menos dos años. Estos grupos habrían utilizado la mina para ocultar los cuerpos de sus víctimas, producto de enfrentamientos armados entre facciones criminales que operan en la región en busca del control del oro. Los autores de esta masacre sería un grupo armado conocido como “Los buitres”.
Los cuerpos sin vida habrían sido arrojados a la chimenea tras ser ejecutados. Para ocultar las evidencias de los crímenes, los mineros ilegales habrían utilizado detonaciones de explosivos y cal, lo que aceleró la descomposición de los cadáveres y complicó su identificación.
El personal de criminalística, acompañado por trabajadores de La Poderosa, procedió a la apertura de la compuerta de la chimenea en el nivel 2260 de la mina Poderosa. Tras acceder a la zona, se encontraron con un escenario dantesco: seis cuerpos en descomposición, sin identificar, y ocho bolsas plásticas rojas llenas de restos óseos esparcidos por el lugar.
El hallazgo respalda denuncias previas de que esta mina había sido tomada por «parqueros» —como se conoce a los mineros ilegales—, quienes habrían utilizado estas tácticas para desaparecer los cuerpos de las víctimas de los enfrentamientos por el control de los socavones. El uso de explosivos y cal para encubrir los asesinatos se ha convertido en una práctica común entre las organizaciones criminales que operan en la región.
El fiscal Altamirano Lloverá ha ordenado el levantamiento de los cuerpos y restos óseos, y ha dispuesto la realización de las pruebas periciales correspondientes para tratar de identificar a las víctimas. No se descarta que los restos encontrados correspondan a personas desaparecidas en la región durante los últimos años, ya que la violencia en las zonas mineras ilegales de Pataz ha dejado un rastro de muerte y desapariciones.
El jefe de la Tercera Macro Región Policial, general José Zavala Chumbiauca, ya había informado previamente sobre la posible existencia de fosas comunes en esta región minera.
Desde 2015, al menos 280 personas han sido reportadas como desaparecidas en esta región, la mayoría de ellas vinculadas a actividades de minería ilegal. Las familias de las víctimas han denunciado la falta de respuesta por parte de las autoridades, y estos recientes hallazgos podrían ayudar a esclarecer algunos de estos casos.