Menores habían formado su propia organización criminal

El reciente traslado de 35 adolescentes desde el Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación de Trujillo, conocido como ex-Floresta, a centros de reclusión en Lima, ha sacado a la luz inquietantes detalles sobre las actividades criminales en las que estos jóvenes estaban involucrados.

Según las investigaciones, varios de los trasladados habían formado su propia organización criminal dedicada al sicariato y la extorsión, lo que representa una escalada alarmante en la criminalidad juvenil en la región de La Libertad.

Esta banda se enfocaba en el sicariato y la extorsión, delitos graves que impactan significativamente en la seguridad de la región, y querían sacar del “mercado” del hampa a las organizaciones criminales ya existentes.

Además, otro de los factores que precipitó el traslado, fue el descubrimiento de un orificio en una de las paredes del centro juvenil, un claro intento de fuga por parte de estos jóvenes. La policía, que había estado realizando operativos de inteligencia, detectó este intento de escapatoria, lo que reforzó la decisión de trasladarlos a instalaciones más seguras en Lima. El hallazgo de armas punzocortantes y teléfonos celulares durante un operativo inopinado en julio también fue un indicio de que los internos estaban planeando acciones más serias y peligrosas.

Entre los jóvenes trasladados se encuentra un conocido infractor apodado «Paloma», quien tiene un historial delictivo extenso y ha sido vinculado a varias bandas criminales.

El viceministro de Justicia, Juan Alcántara Medrano, subrayó que este traslado no solo busca garantizar la seguridad de los ciudadanos de Trujillo, sino también proporcionar un entorno más adecuado para la rehabilitación de los jóvenes.

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