Un operativo de patrullaje preventivo en el marco del estado de emergencia en Pataz llevó al hallazgo de una importante cantidad de explosivos y accesorios utilizados presuntamente para actividades de minería ilegal. El hecho ocurrió el 11 de diciembre de 2024 en las inmediaciones del campamento minero Santa María, ubicado en las afueras del anexo Pueblo Nuevo.
Durante el patrullaje, efectivos de la Policía Nacional del Perú (PNP) observaron a tres personas vestidas con pantalones negros, cada una cargando un costal sobre los hombros. Al notar la presencia policial, los sospechosos huyeron en dirección a la cima de un camino en pendiente. Los agentes iniciaron una persecución inmediata, pero, tras avanzar por la zona, lograron recuperar solo los costales abandonados por los sujetos.
El contenido de los costales resultó ser altamente peligroso. Uno de ellos contenía quinientas unidades de emulsión explosiva de color rojo, mientras que en los otros dos se hallaron 17 paquetes de mecha verde de 1.80 metros de largo, equipadas con fulminantes de color plomo, todas de la marca FAMESA (CARMEX). Cada paquete contenía 25 unidades, lo que demuestra una logística significativa para realizar detonaciones a gran escala.
Tras el hallazgo, los efectivos policiales inspeccionaron el área y detectaron la presencia de dos labores mineras cercanas, una conocida como «La Trinidad» y otra sin identificación. Al interrogar a las personas presentes en estas áreas sobre los sospechosos, todos negaron haberlos visto o tener conocimiento de su actividad.
El descubrimiento pone en evidencia el uso de explosivos en actividades de minería ilegal, una problemática persistente en la región de Pataz. Las emulsiones y accesorios encontrados son materiales comúnmente empleados en la extracción minera clandestina, actividad que no solo afecta el medio ambiente, sino que también alimenta redes de comercio ilegal y pone en riesgo la seguridad de las comunidades locales.
Las autoridades continúan las investigaciones para determinar la procedencia de los explosivos y los responsables detrás de este hecho. El estado de emergencia en la zona ha permitido intensificar los patrullajes y detectar operaciones irregulares como esta, pero los desafíos persisten, especialmente ante la evasión de los involucrados.
