En un golpe contundente contra el tráfico ilícito de drogas, la Policía Nacional, a través del Departamento de Investigación Criminal (Depincri) Norte, capturó a dos presuntos integrantes de la banda delictiva “Clan Familiar de la Tía Bertha”, quienes se dedicaban al almacenamiento y distribución de grandes cantidades de pasta básica de cocaína (PBC).
La operación, ejecutada en la urbanización Aranjuez de Trujillo, permitió incautar más de 22 kilogramos de la sustancia ilícita, además de otros elementos vinculados a la actividad delictiva.
La intervención se registró en los exteriores de dos viviendas ubicadas en el jirón Tacna 187 y la calle Napo 162, donde se logró detener a Bertha Mego Salazar, de 54 años, y a su hijo, Deyvis López Mego, de 33 años. Ambos fueron sorprendidos mientras transportaban en un vehículo con placa T3Q-577 diecinueve bolsas plásticas que contenían aproximadamente un kilogramo de PBC cada una. Según las autoridades, la operación contó con el apoyo de la Dirección General de Inteligencia (DIGIMIN) y la Dirección Antidrogas (DIRANDRO) de la PNP.
Los agentes policiales notaron un olor característico que emanaba del vehículo estacionado frente a la vivienda, lo que llevó a proceder con el registro vehicular. En el interior del automóvil se encontraron las bolsas con PBC, cuyo peso total alcanzó los 19 kilogramos. Además, al ingresar al domicilio de Bertha Mego Salazar, se hallaron dos bolsas más con sustancias similares, sumando tres kilogramos adicionales.
En el operativo también se incautaron diversos objetos que evidencian la actividad ilícita del «Clan Familiar de la Tía Bertha»: Sustancias y dinero en efectivo: un total de S/ 5,060 en efectivo, presumiblemente producto de la venta de drogas. Dispositivos electrónicos: una balanza digital para pesar las sustancias, una laptop y tres celulares. Documentos y registros financieros: tarjetas de crédito y 21 váuchers de pago, los cuales serán analizados para rastrear posibles operaciones relacionadas con el narcotráfico.
La captura de Bertha Mego Salazar, conocida como la cabecilla del clan, y de su hijo Deyvis López Mego, marca un avance significativo en los esfuerzos de la policía por desarticular redes familiares dedicadas al tráfico de drogas. Según fuentes policiales, el “Clan Familiar de la Tía Bertha” operaba en Trujillo y alrededores, abasteciendo a otros distribuidores menores y manejando una red de acopio que les permitía mantener un suministro constante.
El modus operandi del clan incluía el uso de viviendas como centros de almacenamiento y la distribución a través de vehículos privados, utilizando rutas discretas para evitar ser detectados. La organización estaba estructurada para que varios miembros de la familia asumieran roles específicos, desde el acopio y embalaje hasta el transporte y la entrega final.