Salpo: una laguna sagrada que busca reposicionar el turismo en los andes de La  Libertad

A más de 3,200 metros sobre el nivel del mar y a solo dos horas de Trujillo, el distrito de Salpo (provincia de Otuzco) está dando un paso firme para reposicionarse como uno de los destinos emergentes del turismo andino en el norte peruano.

Esta vez, lo hace con un nuevo atractivo natural que no solo deslumbra por su belleza visual, sino que también conecta con lo más profundo de la identidad cultural del mundo andino: la laguna Pacarinacocha.

El alcalde Sigifredo Rojas Guevara ha apostado por visibilizar este espacio como el nuevo eje del desarrollo turístico del distrito. Se trata de un cuerpo de agua artificial ubicado en las Pampas de Capilla, en el sector Santa Elena, construido sobre un antiguo bofedal como parte del programa regional de siembra y cosecha de agua. Sin embargo, su función va más allá de lo utilitario: está llamado a ser también un espacio de contemplación, recreación y conexión espiritual.

Un espejo andino

La imagen que ofrece Pacarinacocha es sobrecogedora. La laguna refleja con exactitud los cerros que la circundan, duplicando su majestuosidad en la superficie del agua. Sus aguas tranquilas duplican los verdes pastizales que las bordean y ocasionalmente permiten ver cómo patos silvestres cruzan sin apuro, añadiendo vida y dinamismo a este escenario natural.

A diferencia de otros destinos sobreexplotados, Pacarinacocha conserva un aire de virginidad que seduce al viajero atento a experiencias auténticas. Su nombre tampoco es casual: en la cosmovisión andina, “Pacarina” hace referencia a un lugar mítico de origen, una suerte de útero sagrado donde nacen los pueblos o ayllus, y “Cocha” significa laguna. Así, Pacarinacocha no solo es un lugar físico, sino un símbolo cultural de renacimiento y memoria ancestral.

Más que una postal

Según Benito Jauregui Rosas, presidente de la Asociación de Operadores Turísticos de La Libertad, este nuevo recurso “potencia la ya importante oferta de Salpo, que combina naturaleza, arqueología, esoterismo, gastronomía y cultura de gran valor”. Por su parte, el arqueólogo Daniel Castillo Benites sostiene que el distrito tiene todo para proyectarse a un turismo interno y extranjero. “Salpo es un tesoro aún por descubrir”, enfatiza.

El nuevo espejo de agua se suma a otros destinos del distrito como el Balcón del Cielo, el Cerro del Amor, el Complejo Arqueológico Shamana con su místico Bosque de Piedra, el cerro Quinga y su rodal de Puya Raimondi, así como el impresionante Mirador Mal Paso.

Cada uno de estos espacios guarda un relato ancestral, una leyenda o una práctica comunitaria que otorgan sentido a su existencia. Con esta suma de atractivos y una propuesta de turismo sostenible, Salpo se proyecta como un destino integral que invita a conectar con lo natural y lo sagrado.

La apuesta por el desarrollo sostenible

La laguna Pacarinacocha no es solo un espectáculo para los sentidos; también cumple una función concreta: almacenar agua para el riego agrícola, ayudando a enfrentar los retos del cambio climático en zonas altoandinas. Su construcción responde a una estrategia del Gobierno Regional de La Libertad que busca asegurar la provisión de agua en temporadas de sequía.

En ese marco, el turismo no aparece como actividad aislada, sino como una oportunidad de dinamizar la economía local sin romper el equilibrio natural ni cultural. La administración distrital ya prepara proyectos de señalización, accesos, promoción, servicios turísticos y sensibilización ambiental con las comunidades locales.

Así, Pacarinacocha es una metáfora viva de un modelo de desarrollo que valora los saberes ancestrales, cuida el entorno y pone en el centro a sus habitantes.

About Author

Causa Justa

Destacadas

Artículos Relacionados