Josué Oliver Blas Lezama, conocido en el submundo criminal como el «Gato Cote», sindicado de ser el líder de la organización criminal «La Gran Alianza», dedicada a la minería ilegal en la provincia de Pataz, en la sierra de La Libertad, fue asesinado a balazos por un sicario en Colombia, país al que escapó luego que el Poder Judicial ordenara su captura.
Según se supo, dos sujetos en motocicleta lo interceptaron y, sin mediar palabra, le dispararon, poniendo fin a la vida de uno de los criminales más buscados en Trujillo, donde se lo vinculaba a varias organizaciones criminales.
Josué Oliver Blas Lezama, de 40 años, fue identificado como el líder máximo de «La Gran Alianza», una organización que operaba desde el año 2020, acumulando una vasta fortuna gracias a la minería ilegal en Pataz. Bajo su mando, el grupo criminal se dedicaba a invadir socavones y robar oro a la empresa minera Poderosa, obteniendo más de 80 millones de soles en activos ilícitos, según las investigaciones.
LLENO DE LUJOS
El «Gato Cote» no solo era conocido por su rol en la minería ilegal, sino también por su extravagante estilo de vida. Según se ha revelado, criaba perros de raza a los que vestía con collares de oro macizo, una muestra del lujo que lo rodeaba. Sin embargo, su fortuna y poder no pudieron protegerlo del destino que lo alcanzó en las calles colombianas.
En mayo de este año, la Policía Nacional del Perú (PNP) detuvo a su hermano Juan Manuel Blas Lezama, alias «Juancho», quien había quedado como el segundo al mando de la organización. La captura de Juancho fue un duro golpe para la estructura criminal, pero el «Gato Cote» logró escapar, refugiándose en Colombia hasta el momento de su asesinato.
La organización «La Gran Alianza», bajo el liderazgo de los hermanos Blas Lezama, se convirtió en una de las más temidas en la región de Pataz. Su modus operandi consistía en identificar los socavones más ricos en oro y enviar sicarios para tomar el control de las minas, eliminando a cualquiera que se interpusiera en su camino, según las pesquisas. Los trabajadores de la mina Poderosa eran frecuentemente blanco de sus ataques, y los relatos de violencia en la zona aumentaron de forma alarmante desde el año 2020.
«La Gran Alianza» operaba con una fachada aparentemente legal. Utilizando la empresa agrícola de Homero Ruiz Camacho, dueño del fundo San Francisco, los hermanos Blas Lezama lavaban el oro robado, simulando ser una empresa de minería informal en proceso de formalización (Reinfo). El RUC de la empresa de Ruiz Camacho les permitió emitir remisiones legales y comercializar el oro en el mercado formal, lo que generó una vasta fortuna para la organización, de acuerdo a las investigaciones.
Según la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (Diviac), esta red no solo se limitaba a la minería ilegal, sino que también estaba vinculada con extorsiones, asesinatos y tráfico de dinamita. Durante un operativo policial en el fundo San Francisco, las autoridades incautaron una tonelada de dinamita, lo que evidenció el poder de la organización para someter a las mineras legales.
SE SALVÓ EN TRUJILLO
El «Gato Cote» ya había sido blanco de un atentado en 2019, cuando fue víctima de un ataque a tiros frente a su vivienda en la avenida Jesús de Nazareth, en el centro de Trujillo. En ese momento, un sujeto bajó de un automóvil negro y disparó cinco veces contra Blas Lezama, quien milagrosamente sobrevivió al ataque. A pesar de haber sido herido gravemente, el arma del sicario se trabó antes de que pudiera darle el «tiro de gracia», permitiendo que la víctima fuera trasladada al hospital regional.
Sin embargo, este ataque fue solo un adelanto del destino que le aguardaba. Con la muerte de Blas Lezama en Colombia, la historia de «La Gran Alianza» parece estar llegando a su fin, aunque las autoridades continúan investigando a otros miembros de la organización que aún podrían estar en libertad.