La urbanización Monserrate en Trujillo vive días de tensión tras el asesinato registrado frente a la Universidad Privada Antenor Orrego (UPAO). Los vecinos de la zona han alzado su voz de protesta exigiendo el cierre inmediato de bares y discotecas que operan irregularmente y que, según ellos, son focos de inseguridad. La constante presencia de personas en estado de ebriedad o bajo el efecto de sustancias ilícitas, sumada al ruido excesivo durante las noches, ha generado un ambiente de incertidumbre y temor entre los residentes.
La noche del crimen, la indignación de los vecinos se intensificó. Según testimonios, apenas se registró el asesinato, los bares y discotecas de la zona cerraron apresuradamente sus puertas y apagaron sus luces, en un aparente intento de evitar la intervención policial. “Siempre es lo mismo. Hay bulla infernal hasta altas horas, pero cuando ocurre algo grave, fingen que aquí no pasa nada. Estamos cansados de esta situación”, expresó una vecina que prefirió mantenerse en el anonimato.
Nadie hace nada
No es la primera vez que los vecinos de Monserrate se enfrentan a este problema. Uno de los residentes recordó que hace dos años ocurrió otro asesinato en la misma zona, lo que desató una ola de denuncias similares. Sin embargo, a pesar de las constantes quejas y peticiones formales, la situación no ha cambiado significativamente.
“La municipalidad tiene parte de la culpa. Siguen permitiendo que estos locales operen sin cumplir los requisitos legales. ¿Cuántas vidas más tienen que perderse para que hagan algo al respecto?”, señaló otro residente visiblemente frustrado.
Los vecinos también manifestaron su preocupación por la seguridad de sus familias, especialmente de sus hijos. Aseguran que la actividad nocturna en estos locales atrae a personas con conductas problemáticas que ponen en riesgo la tranquilidad del vecindario. “No es solo el ruido, es el miedo constante de que algo pueda pasarle a nuestros hijos al salir o regresar a casa. Esto ya no es vida”, comentó una madre de familia.
El ambiente en Monserrate es un reflejo de una problemática que afecta a muchas zonas urbanas del país: la proliferación de bares y discotecas que operan sin control y que, lejos de ser espacios recreativos seguros, se convierten en epicentros de conflictos, consumo de sustancias ilegales y actos de violencia.
Los residentes hacen un llamado urgente al alcalde de Trujillo, Mario Reyna, para que tome medidas drásticas contra estos establecimientos. Solicitan que se realicen inspecciones regulares y se clausuren aquellos que no cumplan con las normativas. “Necesitamos una autoridad que defienda nuestra tranquilidad y nuestra seguridad. No podemos seguir viviendo con este miedo”, enfatizó uno de los manifestantes.