Condenan a colombiano a tres años de cárcel por robar cables

La ciudad de Trujillo vuelve a ser escenario de un delito que, aunque silencioso, deja a su paso grandes consecuencias para la ciudadanía: el robo de cables de telecomunicaciones. Esta vez, el protagonista es Jorge Andrés Estrada Estrada, ciudadano colombiano que acaba de ser sentenciado a tres años y nueve meses de prisión efectiva por el Juzgado Penal de Investigación Preparatoria de Flagrancia, luego de haber sido sorprendido en pleno acto delictivo.

Los hechos ocurrieron el 22 de marzo de este año, cuando agentes de la Policía Nacional intervinieron al extranjero mientras sustraía más de 95 metros de cables en la avenida Túpac Amaru, una zona residencial donde viven más de doscientas familias. La acción no solo afectó la infraestructura técnica, sino que dejó sin energía eléctrica a unas 240 viviendas, generando un caos temporal entre vecinos, comercios y centros educativos que dependen del suministro constante.

Junto a Estrada fue detenido René Josué Carbajal Graterol, ciudadano venezolano, quien también participó en el ilícito. Sin embargo, este último recibió una condena con pena suspendida, mientras que el colombiano, con tres capturas anteriores por el mismo delito, no logró evadir la cárcel. Su reincidencia, sumada al daño colectivo causado, fue determinante en la decisión judicial.

Este tipo de delito no es nuevo, pero sí se ha incrementado de forma alarmante en Trujillo. De acuerdo con reportes oficiales, entre 2024 y lo que va de 2025, ya se han registrado más de 550 casos de robo y vandalismo contra redes de telecomunicaciones en la ciudad. El blanco preferido de los delincuentes: el cobre, un material que, por su alto valor en el mercado negro, resulta sumamente codiciado.

No se trata solo de la pérdida de un material valioso, sino del colapso temporal de sistemas enteros de comunicación, como Internet, telefonía y videovigilancia. En un contexto donde muchos estudiantes aún dependen de plataformas digitales para su aprendizaje y donde servicios como la banca digital, las consultas médicas en línea o la simple comunicación familiar requieren conectividad, el impacto es grave.

Las autoridades advierten que estas mafias actúan de manera cada vez más organizada, operando de noche o en zonas con escasa vigilancia. Incluso, algunos delincuentes se hacen pasar por técnicos para operar con tranquilidad. En muchos casos, no solo se llevan cables, sino que dañan postes, cámaras de seguridad y cajas distribuidoras.

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Causa Justa

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