La creciente inseguridad y los constantes casos de extorsión en la región de La Libertad han vuelto a poner en alerta a las autoridades y a la ciudadanía. Esta vez, el afectado es J.J.R.R., un joven comerciante de 27 años, propietario de un negocio en la avenida Gonzales Cáceda en Chepén. Según su testimonio, al llegar a su tienda la mañana del martes, descubrió que el local presentaba dos orificios en la reja metálica del primer nivel, aparentemente causados por disparos.
La situación se tornó más preocupante cuando, a las 7:50 a.m. de ese mismo día, comenzó a recibir una serie de llamadas y mensajes extorsivos desde el número 962930064, en los cuales se le exigía dinero a cambio de «protección». Además de las llamadas, Ruiz Robles también recibió videos amenazantes a través de WhatsApp, incrementando su temor por la seguridad de su familia y su negocio.
Este tipo de amenazas se ha vuelto cada vez más común en Chepén y otras ciudades de La Libertad, donde los comerciantes y empresarios viven bajo constante presión de grupos criminales que operan con total impunidad. El modus operandi de estos delincuentes incluye ataques intimidatorios, como disparos a los locales, seguido de llamadas extorsivas en las que exigen sumas de dinero a cambio de no atentar contra sus vidas o propiedades.
La denuncia de Ruiz Robles fue presentada en la División de Investigación Criminal (DEPINCRI) de Chepén, que ha iniciado las investigaciones pertinentes para identificar y detener a los responsables. Sin embargo, la comunidad exige una respuesta más efectiva por parte de las autoridades, ya que este tipo de delitos se ha vuelto frecuente, afectando tanto la economía como la tranquilidad de las familias locales.
El caso de Ruiz Robles es uno de muchos que reflejan la falta de seguridad en la región. Los comerciantes de Chepén, al igual que en otras ciudades de La Libertad, viven en constante zozobra, temiendo que cualquier día su negocio se convierta en el próximo blanco de estas organizaciones criminales. A pesar de los esfuerzos de la Policía Nacional del Perú (PNP) para combatir la extorsión, la realidad es que los recursos y el personal disponible parecen insuficientes para enfrentar la magnitud del problema.
