Por Arturo Montes Chapilliquen
Días de terror vivió un ciudadano de nacionalidad colombiana, dedicado al préstamo de dinero, al ser asaltado y, posteriormente, secuestrado por sujetos que, con armas de fuego en mano, lo redujeron y mantuvieron cautivo por dos días.
Los hechos se registraron en la urbanización San Agustín del centro poblado menor Víctor Raúl Haya de la Torre, en la provincia de Virú, en La Libertad.
La Policía Nacional del Perú en coordinación con la División de Inteligencia de la Libertad tomaron conocimiento del estado del hombre, identificado como Oscar Mauricio López Medina, de 26 años de edad, trabajador de la empresa “El Norteño” e iniciaron el proceso de búsqueda.
Los secuestradores tomaron el teléfono del secuestrado para llamar a su jefe y familiares exigiéndole la suma de S/ 5 000 a cambio de su libertad, posterior al abono del dinero solicitado y tras dos días de privarlo de su libertad procedieron a dejarlo cerca de un cementerio del sector Calunga, del mismo centro poblado menor de Víctor Raúl Haya de la Torre.
El personal policial supo la ubicación del agraviado gracias a la localización GPS que proporcionó a sus familiares desde una vivienda donde habría solicitado ayuda, ubicada en el lote “L”, manzana 33 de la urbanización San Agustín, distrito de Chao. La propietaria se identificó como Selena Nazareth Pagano Espinoza, de nacionalidad venezolana. Pagano Espinoza declaró: “Una persona se presentó en mi hogar el día 22 de marzo a horas 10:00 aproximadamente manifestando que fue secuestrado por lo que le brindé refugio y ayuda”.
En su manifestación, la víctima manifestó que fue despojado de S/ 600 en efectivo, una moto lineal y un teléfono móvil, propiedad de la empresa donde laboraba, agregó también que los hechos se produjeron el día 20 de marzo al promediar las 18:00 horas.
Después de su declaración se generó la hipótesis de que el agraviado se dedicaría al préstamo de dinero de manera inmediata, a negocios o personas naturales con altos intereses y pocos requisitos para acceder al mismo, aprovechándose de la urgencia o la falta de acceso al sistema financiero. El crédito “gota a gota” no es legal ni regulado por el Sistema de Banca, Seguros y AFP (SBS) por lo que sus métodos de cobranza se califican como delincuenciales.
