En la continua lucha por garantizar la seguridad y el bienestar de los internos en el Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación Trujillo, conocido como Ex Floresta, un héroe poco convencional se ha ganado la confianza de las autoridades y la comunidad: Leo, un joven perro de tan solo 1.8 meses de edad, pero con un talento extraordinario para detectar sustancias tóxicas.
Este canino es parte fundamental de la Brigada Canina de la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT), y su labor es crucial en la prevención del ingreso de drogas y otros elementos peligrosos al centro.
Cada día, familiares y amigos de los jóvenes internados en el Ex Floresta llegan con paquetes que contienen comida, ropa y otros objetos para sus seres queridos. Aunque en su mayoría se trata de entregas inocentes, las autoridades deben mantenerse alertas ante la posibilidad de que algunos de estos paquetes escondan sustancias ilícitas.
Es ahí donde entra en acción Leo, un perro entrenado desde su primer mes de vida para olfatear y detectar sustancias tóxicas. Su trabajo consiste en revisar cada uno de estos paquetes, usando su agudo sentido del olfato para identificar cualquier rastro de droga o material peligroso que pueda poner en riesgo la rehabilitación y la seguridad de los jóvenes.
El operativo es coordinado entre la unidad canina de la MPT y el personal de seguridad del centro juvenil, quienes supervisan todo el proceso. Las inspecciones son parte de un esfuerzo mayor para proteger a los internos de las influencias negativas del exterior y mantener el centro como un lugar seguro donde se promueve la rehabilitación.
El entrenamiento de Leo ha sido riguroso. Desde cachorro, ha sido sometido a sesiones diarias de olfateo controlado, donde se le enseñó a reconocer diferentes tipos de sustancias tóxicas, como drogas y productos químicos nocivos. Con el apoyo de sus entrenadores, Leo ha perfeccionado su habilidad para diferenciar entre objetos comunes y aquellos que representan una amenaza.
