El conflicto entre Rusia y Ucrania alcanzó un nuevo nivel de intensidad tras el uso confirmado del misil balístico hipersónico Oreshnik por parte de Rusia. Este jueves, el presidente Vladímir Putin anunció que el misil fue utilizado en un ataque contra una instalación militar en la ciudad ucraniana de Dnipró. Este es el primer despliegue de este tipo de armamento en el marco de la invasión rusa iniciada en febrero de 2022, marcando un punto de inflexión en la confrontación.
Características del misil ‘Oreshnik’ y su impacto estratégico
El Oreshnik, calificado por Putin como un desarrollo tecnológico único de la Rusia postsoviética, puede alcanzar velocidades de hasta 10 Mach, es decir, 3 kilómetros por segundo, lo que lo convierte en una amenaza difícil de contrarrestar por los sistemas de defensa actuales. Según el Kremlin, no se trata de una modernización de un sistema soviético, sino de un diseño completamente nuevo que combina alta precisión y capacidad destructiva.
Aunque no es un arma estratégica o de destrucción masiva, Putin subrayó que su uso conjunto con otros sistemas de largo alcance puede tener un impacto equiparable al de las armas estratégicas. Además, destacó que los creadores de este misil serán reconocidos con premios estatales, como símbolo del avance militar ruso.
Motivaciones del ataque y advertencias a Occidente
Putin justificó el ataque como una represalia directa por el uso de misiles de largo alcance proporcionados por Estados Unidos y Reino Unido, como los ATACMS y Storm Shadow, que Ucrania empleó recientemente en operaciones contra territorio ruso. En este contexto, advirtió que Rusia se reserva el derecho de atacar instalaciones militares en los países que apoyen a Ucrania con armamento de este tipo.
«A partir de ese momento, un conflicto regional en Ucrania previamente provocado por Occidente ha adquirido elementos de carácter global», afirmó el mandatario ruso, acusando a Estados Unidos de incitar una escalada global.
El lanzamiento del Oreshnik fue notificado previamente a Washington con 30 minutos de antelación, un intento de evitar malentendidos que pudieran desencadenar una confrontación mayor. Sin embargo, la advertencia no ha mitigado las tensiones internacionales.
Reacciones internacionales
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, condenó el ataque como una prueba más de que Moscú no tiene interés en buscar la paz, y solicitó una respuesta internacional contundente. Desde la OTAN, calificaron el uso del Oreshnik como un acto de intimidación hacia Ucrania y sus aliados, pero aseguraron que no cambiarán su política de apoyo militar al gobierno ucraniano.
En tanto, se espera que el Consejo OTAN-Ucrania se reúna el próximo martes en Bruselas para analizar las implicaciones de este ataque y evaluar posibles respuestas frente a la amenaza que supone este nuevo armamento ruso.
Un nuevo capítulo en el conflicto
El despliegue del Oreshnik no solo intensifica la guerra en Ucrania, sino que envía un mensaje claro a Occidente sobre las capacidades militares rusas. Este episodio, sumado a las advertencias de Putin, incrementa la posibilidad de una escalada global en un conflicto que ya ha dejado profundas repercusiones humanitarias, económicas y geopolíticas.
