Frente a la creciente ola de criminalidad que golpea a La Libertad, particularmente en la provincia de Pataz, la Universidad Nacional de Trujillo (UNT) decidió alzar la voz y salir a las calles.
En una decisión que marca un punto de quiebre en el rol de la academia frente a las crisis sociales, el rector Hermes Sifuentes Inostroza anunció este martes la organización de una gran marcha por la paz, convocando a estudiantes universitarios de Trujillo y de toda la región a manifestarse públicamente en contra de la violencia.
“Nosotros tenemos un conjunto de jóvenes universitarios de voluntariado que constantemente se reúne dentro de nuestra Dirección de Responsabilidad Social y ellos son los que nos han propuesto realizar una marcha por la paz”, señaló el rector durante una conferencia en el campus universitario.
La convocatoria, que parte desde el corazón de la universidad pública más antigua del norte peruano, busca convertirse en un acto ciudadano de gran impacto. El rector informó que no solo participarán estudiantes de la UNT, sino que se extenderán invitaciones a otras universidades públicas y privadas. La intención es clara: generar una respuesta contundente y colectiva desde la juventud universitaria frente al temor generalizado que se ha instalado en las calles.
La región La Libertad enfrenta desde hace meses una escalada del crimen organizado. Homicidios, extorsiones, amenazas y asesinatos selectivos se han vuelto parte del día a día, especialmente en provincias como Pataz, donde la minería ilegal ha generado conflictos violentos. En marzo, el asesinato de 13 trabajadores mineros sacudió al país y expuso la fragilidad del Estado en zonas alejadas.
Aunque diversos sectores —autoridades locales, empresarios, colectivos ciudadanos— han manifestado su preocupación, la respuesta de la academia marca una diferencia: no se trata solo de una declaración institucional, sino de una movilización con contenido y reflexión.
En un país donde muchas veces la respuesta frente a la criminalidad es solo punitiva, la UNT quiere poner sobre la mesa otra perspectiva: la reflexión crítica y la propuesta de soluciones estructurales. El rector Sifuentes reveló que la Facultad de Ciencias Sociales ya ha iniciado investigaciones para identificar las raíces de esta violencia.
“Por los resultados que tenemos, pareciera que las políticas no están siendo efectivas. Seguro hay los mejores esfuerzos, pero la autocrítica debe ser en todas nuestras instituciones, porque todos debemos poner el hombro”, expresó Sifuentes.
Este esfuerzo académico busca ir más allá del diagnóstico. Según fuentes cercanas al equipo investigador, se está trabajando en una serie de informes que analizan variables como la ausencia del Estado, el desempleo juvenil, el crecimiento del crimen organizado y la debilidad institucional.
La movilización no será solo un llamado a la paz, sino también una exigencia política. Los jóvenes no solo saldrán con pancartas, sino con propuestas. Desde la UNT se ha planteado que esta protesta debe convertirse en un espacio donde se exija a las autoridades locales, regionales y nacionales una revisión profunda de las políticas públicas de seguridad.
“Queremos que esta marcha sea también una interpelación a los poderes públicos. Que escuchen a la juventud que está cansada de vivir con miedo. Que comprendan que la respuesta a la violencia no puede ser solo policial, sino también social, cultural y educativa”, afirmó un dirigente estudiantil del voluntariado universitario.

