Cada 11 de abril, el Perú celebra el Día del Arqueólogo Peruano, una fecha que honra a quienes, con rigor y vocación, protegen los vestigios de nuestro pasado milenario. Este año, la conmemoración cobra especial relevancia gracias a la implementación del Diagnóstico Arqueológico de Superficie (DAS), un nuevo instrumento normativo que promete agilizar los procesos para la ejecución de obras públicas y privadas, sin comprometer la salvaguarda del patrimonio cultural.
El arqueólogo Oliver Velásquez Viloche, especialista en gestión del patrimonio, explicó que el DAS —establecido por el Decreto Legislativo N.° 1680 del Ministerio de Cultura— representa una mejora sustancial frente al anterior Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA). “Con el DAS, se elimina la tramitología engorrosa, se acortan los plazos y se permite una evaluación técnica directa, realizada por arqueólogos colegiados con respaldo metodológico”, sostuvo.
Uno de los avances más importantes de esta nueva herramienta es el uso del Sistema de Información Geográfica del Patrimonio Arqueológico (SIGDA), una plataforma digital que ofrece información georreferenciada actualizada sobre sitios arqueológicos a nivel nacional. Gracias a ello, se han podido esclarecer controversias, como en el caso de la Quebrada Santo Domingo, en Trujillo, donde se denunció una presunta superposición arqueológica. “La data del SIGDA permitió comprobar que no existía afectación directa, despejando las dudas y permitiendo que el proyecto continúe”, detalló Velásquez.
Otro cambio significativo es que ahora los arqueólogos pueden dirigir más de una intervención a la vez, optimizando recursos técnicos y humanos. Esta flexibilización normativa, según Velásquez, no solo potencia el papel del arqueólogo como garante del patrimonio, sino que también lo posiciona como aliado estratégico en la ejecución de proyectos de infraestructura, vivienda y desarrollo urbano y rural.
“El DAS no es una barrera, es un puente. Es una herramienta que armoniza inversión y cultura, que permite crecer sin borrar lo que somos”, enfatizó el especialista. En ese sentido, invitó a las autoridades, empresas y comunidades a ver a la arqueología no como un obstáculo, sino como una oportunidad para construir un país con identidad, memoria y respeto por su historia.