Uno de los atentados ocurrió en el sector III del centro poblado de Wichanzao que se vio sacudido por una fuerte explosión que alarmó a los residentes. El incidente ocurrió en la manzana 24, lote 02, donde una carga explosiva detonó frente a la vivienda de R.R.C.C., de 57 años.
El hecho ocurrió en circunstancias que la víctima se encontraba dentro de su hogar, cuando un estruendo rompió la tranquilidad de la noche. Al salir a investigar, descubrió que la explosión había causado daños materiales en el frontis de su domicilio. Junto a los escombros, se encontró una carta extorsiva, un claro indicio de que el acto tenía intenciones de intimidación y coerción.
El personal de la Policía Nacional del Perú (PNP) llegó rápidamente al lugar tras recibir el reporte del incidente. Los agentes se entrevistaron con Castañeda Corcuera, quien les proporcionó detalles del suceso y les mostró la carta extorsiva encontrada en el sitio.
La explosión no causó heridos, pero los daños materiales en la vivienda fueron significativos, evidenciando el peligro y la gravedad de este tipo de actos delictivos.
En tanto, Y.V. W., de 35 años, denunció que había sido víctima de este delito por parte de sujetos desconocidos. Indicó que le dejaron un manuscrito extorsivo que fue dejado en el interior de su domicilio, ubicado en la manzana B Lt. 20, en la urbanización Los Laureles. Este es el primer incidente de este tipo que ha sufrido, lo que ha generado una gran preocupación tanto para ella como para su familia.
El manuscrito contenía amenazas claras y exigencias de dinero a cambio de su seguridad y la de su familia. Estos métodos de intimidación son típicos de grupos delictivos que buscan extorsionar a sus víctimas mediante el miedo y la presión psicológica. Al recibir la denuncia, el personal de la DEPINCRI Norte se comunicó inmediatamente con el Representante del Ministerio Público (RMP) para iniciar las diligencias correspondientes y proporcionar la protección necesaria a la denunciante.