De un tiempo a estar parte, Trujillo, una ciudad que alguna vez se destacó por su cultura, historia y tradiciones, se ha convertido en un sombrío escenario de violencia y crimen. Dos incidentes recientes han conmocionado a la población, y lo que solía ser una actividad recreativa y unión, el fútbol, se ha manchado de sangre en las calles de El Porvenir, uno de los distritos más peligrosos.
Elvis Esteban Zavaleta Aranda, de 33 años, y Segundo Eder Luciano Castillo, de 39 años, eran dos hombres que simplemente buscaban disfrutar de un partido de fútbol en una cancha local. Pero el destino les tenía preparado un giro cruel y sangriento.
Elvis Zavaleta se encontraba a solo dos cuadras de su hogar, en El Porvenir. Sin previo aviso, un grupo de individuos desconocidos se acercó a la cancha. El sonido del balón en movimiento se vio eclipsado por el estampido de un arma de fuego. En un instante, Elvis Zavaleta fue alcanzado por una bala en la cabeza. El caos se apoderó de la cancha mientras los agresores huían sin dejar rastro.
Herido de gravedad, Elvis fue auxiliado por sus compañeros de deporte y llevado a la Posta Santa Isabel, y posteriormente al Hospital Belén. Pero las heridas eran demasiado graves, y el diagnóstico fue desgarrador: traumatismo craneoencefálico severo, resultado de un proyectil de arma de fuego. A pesar de la lucha incansable de su madre, Virginia Aranda Guevara, de 50 años, Elvis Zavaleta perdió la vida en el hospital.
En la misma cancha, en la misma tarde soleada, el mismo destino trágico tuvo Segundo Eder Luciano Castillo, de 39 años, quien también disfrutaba del partido junto a su hermano Brayan Luciano Castillo. Pero su alegría se vio truncada de manera brutal.
Segundo Eder Luciano Castillo fue alcanzado por disparos de arma de fuego. Brayan Luciano Castillo, hermano de la víctima, relató con angustia cómo su hermano fue asesinado a tiros en el lugar que solía ser un símbolo de unión y amistad. La tragedia no se detuvo ahí, ya que otra persona resultó herida por disparos en el mismo incidente.