El pequeño Jesús con andador

Por: Alfredo Alegría Alegría

EL 14 de abril tuvo lugar un acontecimiento singular: la presentación teatral del Taller de Teatro de la histórica Escuela Especial Carlos A. Mannucci de Trujillo. Y remarco que es una institución histórica, no solo para nuestra ciudad, sino para el país. Fue fundada en 1961 por la sra. Laura Vega de Mannucci y dirigida por Ana Alegría Martin M.A. en Educación Especial. El Centro Ann Sullivan, de Lima, es recién de 1979. La escuela Carlos A. Mannucci ha ido forjando docentes en nuestra ciudad y sería un centro de la formación de la educación especial en Latinoamérica y a la cual, hasta en Estados Unidos tomaron como ejemplo.

Llegaron aquí, gracias a la Comisión Fullbright y el Programa Hope -desde fines de los años 60 a los 90- importantes especialistas: las dras. Miriam Tannhauser y Margaret Hiers, Burt Richardson y Gladys Richardson, Herbert Grossman y el director de Educación Especial de Estados Unidos, Dr. Theodore Tjossem. Se sorprendieron al ver a diferentes niños con diferentes habilidades especiales, trabajar en conjunto. Nunca se había planteado ese proceso y se realizó aquí, con el arte -teatro, música, artes plásticas- como fundamento del proceso metodológico.

El proceso educativo sigue las pautas dejadas por Ana Alegría Martin. La escuela tenía un convenio con el Estado, con el pago a docentes. Este apoyo ha sido inexplicablemente retirado ¿Por qué? Sin embargo, la Escuela continúa. La mística de los docentes continúa. El apoyo de los padres sigue. Y los niños y jóvenes tienen a esta singular escuela y trascendente institución de la ciudad y el país, como un centro de desarrollo y de vida.

La obra de teatro fue dirigida por Miguel Luna, profesor del taller de teatro y estudiante de nuestra Escuela de Arte Dramático. La artista Carla Morante, estuvo a cargo de la escenografía. Se usó música clásica como fondo, fragmentos de Tchaikovsky, Offenbach, parte de “Carmina Burana” de Carl Orff, entre otros. Hubo efectos especiales que enfatizaron la emoción. Miguel -con una túnica- fue el relator. Vimos el proceso actoral de “acción-reacción”, como base del proceso metodológico para los niños y jóvenes participantes. La obra fue evidencia de logros obtenidos por los alumnos.

Con el fondo del Árbol de la Vida, llega el niño Jesús en una silla de ruedas. Se levanta y camina con andador. Tiene un amigo: un perrito vivaz. Personaje que asumió por completo su rol.. Los pastores -con vestuario de época- vienen a ver al Niño y entregan presentes. El Niño se anima aún más ante la presencia de un entusiasta Ángel de la Vida. Todo es felicidad. Sin embargo, era una treta. No era el Ángel de la Vida y junto a buitres, logra la muerte del Niño y de su fiel amigo. El Árbol de la Vida cae. Pero, finalmente, ante el requerimiento de “vibras positivas”, que darían tanto los “pastores” y el propio público, el Niño y su amigo reviven y los malvados son destruidos. La felicidad regresa.

Cada uno de los participantes sintió la obra como parte de sí: vivieron los hechos de inicial felicidad, de dolor y angustia hasta el triunfo final del amor. Esa es la palabra que resume este proceso. La pureza, la esperanza, la amistad, la alegría, que vencen al dolor y la mentira. Mis palabras no pueden explicar todo el triunfo de los logros educacionales obtenidos, que son específicos según cada participante. Cada cual intervino desde sus propias posibilidades y se sintió parte de un momento especial. Vivieron realmente la obra.

En estos días difíciles, la obra es una especie de rechazo a lo que sucede en nuestro país y el mundo. Necesitado de felicidad, esta es interrumpida y destruida la esperanza. Sin embargo, la unión entre todos, consigue revivirla…Bella metáfora. ¿Qué representa el niño Jesús que muere, pero resucita junto a su amigo fiel gracias a la unión del pueblo? ¿Una esperanza permanente? Desde los años 60 hasta hoy, esa esperanza siempre fue transmitida por las acciones planteadas por la Escuela. En ella, el trabajo de los docentes -hoy también hay un voluntariado- nos refuerza el ánimo, nos brinda felicidad, nos asombra y nos compromete.

Ver y sentir este trabajo de los niños -trabajo que significa el compromiso de los docentes y la institución fue emocionante. Es encomiable el rol de la Fundación que apoya a la Escuela y debe destacarse el trabajo que realiza María Cecilia Salaverry Mannucci.

Se proyecta presentar luego al Taller de Música y el Taller de Artes Plásticas. Como siempre, habrá de sorprendernos.

Así pues, pese a todos los obstáculos, la Escuela Especial Carlos A. Mannucci continúa. Continúa brindando a los niños y jóvenes un espacio de realización personal, un espacio para descubrir nuevas posibilidades en ellos. Escuela histórica, que Trujillo siempre debe tener y considerar como parte de su identidad y de su deber por construir un ideal cívico, Ideal que necesitamos fortalecer: Tenemos el ejemplo del trabajo realizado en la escuela y la forma en que estos niños y jóvenes viven la emoción y triunfan sobre sí mismos. Una esperanza rediviva.

About Author

Causa Justa

Destacadas

Artículos Relacionados