Por Olinda Valdez García
Arquitecta y lideresa feminista
El Perú es un país donde la violencia de género es una realidad cotidiana que afecta a miles de mujeres. En los últimos años, han sido registrados numerosos casos de mujeres que han sido violadas y asesinadas, siendo víctimas de feminicidio, lo que ha generado un fuerte repudio en la sociedad peruana.
En último mes se ha visibilizado por las noticias casos tan violentos como el de la enfermera de 32 años, que sufrió violación sexual por sus compañeros de trabajo en Juliaca, así como la mutilación de sus partes íntimas (genitales), terminando días después en agonía con la muerte de la víctima que se encontraba internada en el hospital Rebagliati.
Lo más increíble del caso, es la indiferencia de cómo actúa el aparato del sistema de justicia, desde la evaluación del médico legista, que consideró que fueron “lesiones leves”. Según el Código Penal Peruano: “Las lesiones leves se definen en el artículo 121 y se refieren a la lesión que causa al ofendido un daño en la salud que no requiere tratamiento médico o quirúrgico, o si lo requiere, no implica la hospitalización del ofendido por más de 10 días o la inhabilitación para sus ocupaciones habituales por más de 15 días”. Es decir, no se puede considerar lesiones leves a tremendo ataque brutal que la dejó internada en cuidados intensivos, hasta el día de su muerte.
En el último mes hemos tenido noticias como: “Mujer salta de un balcón con sus hijas para no ser agredida por su expareja”, “Mujer violada en comisaría de Puno por policía: cuando quien te debe proteger abusa de ti”, la joven sufrió violencia sexual por el policía solo tenía 22 años, hasta “Mujer es quemada en la Plaza 2 de Mayo por su ex pareja”; Katherine tenía la edad 18 años y murió, una víctima más de feminicidio en el Perú.
Antes de los casos mencionados, se debe recordar que, en el 2017, la joven Eyvi Ágreda y Juanita Mendoza, fueron víctimas de feminicidio siendo quemadas. Ese mismo año, se registró un total de 17 mujeres quemadas con combustible.
De acuerdo con cifras del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), entre enero y septiembre de 2021 se registraron un total de 174 feminicidios y 1,676 tentativas de feminicidio en el país. Estas cifras representan un incremento del 38% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Además, según el Observatorio Nacional de la Violencia de Género contra las Mujeres, en el año 2020 se registraron un total de 3,669 casos de violación sexual en el país. La mayoría de las víctimas de estos casos son mujeres jóvenes y de bajos recursos económicos, lo que refleja la feminización de la pobreza en el Perú.
Existiendo como consecuencia una legitimación de un pacto de poder, que quieren ejercer los hombres sobre las mujeres, como no aceptan ser rechazados, no aceptan que una relación ya se terminó, y acaban por ejercer su último recurso, es decir matar, torturar y violar.
Lo que los hombres no pueden obtener por voluntad y decisión de la otra persona, lo quieren conseguir por medio de violencia, mediante la obligación, se termina por completar un círculo del intento de sometimiento de los cuerpos femeninos, que no son más que gritos ahogados, por lo que intentan castigar a las mujeres que ya no quieren estar con ellos. Mujeres que rompen a veces los círculos de relaciones de violencia y en algunos casos pueden terminar siendo quemadas, cuyo trasfondo de violencia se puede traducir en la frase: “Si no eres mía, no eres de nadie”.