En el Complejo Deportivo Picapiedra de Chiclín, localidad del distrito de Chicama, se desarrolló una campaña médica orientada a luchar contra la tuberculosis. Un esfuerzo conjunto entre la Gerencia Regional de Salud (GERESA) de La Libertad y la Red Integral de Salud (RIS) Ascope reunió a más de 100 personas en una feria informativa y de servicios de salud, con un objetivo claro: combatir la tuberculosis, una enfermedad que sigue siendo un enemigo persistente en la región.
Desde muy temprano, el lugar se llenó de familias provenientes de sectores cercanos, especialmente de áreas como Lagunas, una de las zonas con mayor incidencia de tuberculosis.. Los habitantes, quienes normalmente enfrentan barreras para acceder a servicios de salud, encontraron aquí una oportunidad de atención cercana y humana.
La tuberculosis, a menudo vista como una enfermedad del pasado, sigue siendo un problema crítico en La Libertad. Para quienes habitan zonas rurales y con altos índices de vulnerabilidad, esta enfermedad representa no solo un desafío sanitario, sino también un estigma social.
El director ejecutivo de la RIS Ascope, Fernando Gómez Saavedra, explicó la estrategia detrás de la feria. «La tuberculosis no puede esperar. Este plan busca cerrar las brechas, diagnosticar temprano y tratar a los pacientes antes de que el contagio se propague. Nuestro objetivo es claro: reducir las tasas de incidencia y proteger a las comunidades más vulnerables».
A diferencia de intervenciones previas, esta feria no solo esperó que las personas llegaran. La estrategia incluyó lo que se conoce como «búsqueda activa mixta». Agentes comunitarios, aliados clave del sector Salud, recorrieron zonas identificadas como «calientes», lugares donde el riesgo de transmisión es mayor. En sectores como Lagunas, tocaron puertas, hablaron con las familias y las guiaron hacia el lugar de la feria. Esta táctica resultó crucial para alcanzar a quienes, por miedo o desconocimiento, suelen evitar acercarse a los servicios de salud.
«Fue un reto, pero también gratificante», comentó Silvia Sipirán, responsable de la estrategia de tuberculosis de la RIS Ascope. Con un tono sereno pero firme, relató cómo los agentes comunitarios desempeñaron un papel fundamental al sensibilizar a los vecinos y persuadirlos para que participaran. «Muchos no entendían la gravedad de la tuberculosis. Cuando explicamos que un diagnóstico temprano puede salvar vidas, las personas comenzaron a reaccionar».
En el lugar, se ofrecieron tamizajes para tuberculosis, pruebas de VIH, tamizajes de glicemia y vacunación. La atención fue integral, diseñada para abordar tanto la prevención como el diagnóstico temprano.
El programa «Médico en Tu Casa», impulsado por el Gobierno Regional de La Libertad, ha marcado una diferencia notable en el acceso a la salud en comunidades como esta. La feria de Chiclín no fue un evento aislado, sino parte de un plan más amplio que, durante el año, ha recorrido diversas provincias llevando servicios a las áreas más necesitadas. Sin embargo, no todo es optimismo. La lucha contra la tuberculosis requiere más recursos, más personal capacitado y una comunidad informada y activa.
El día transcurrió entre consultas, pruebas y conversaciones. Mientras tanto, niños jugaban cerca de las carpas, ajenos a las preocupaciones de los adultos. «Estamos dando un paso en la dirección correcta, pero queda mucho por hacer», admitió Fernando Gómez al finalizar la jornada. La tuberculosis, recordó, no solo afecta los pulmones; también impacta familias, comunidades y generaciones enteras.