La paciencia se ha agotado en la provincia de Pataz. Tras décadas de promesas y caminos inconclusos, autoridades locales, dirigentes de rondas campesinas y pobladores han decidido tomar las rutas a pie.
Una “marcha de sacrificio” comenzará el 12 de mayo desde Tayabamba, atravesará distritos y provincias, y tiene como destino final la ciudad de Lima. Allí, frente al Gobierno central, exigirán una sola cosa: que se cumpla con la construcción de la carretera nacional que cruza su territorio.
“El asfaltado de la vía nacional 10-C no es un lujo, es una necesidad urgente. Nuestra gente arriesga su vida cada vez que viaja. ¿Hasta cuándo tenemos que seguir esperando?”, pregunta con indignación el alcalde provincial, Aldo Carlos Mariños, quien encabezará la movilización junto a líderes comunales y ciudadanos.
PROMESAS SIN CAMINO
La historia de esta carretera es larga y accidentada. En mayo de 2024, durante una visita a la región, la presidenta Dina Boluarte prometió el inicio del proyecto de asfaltado desde Mamahuaje hasta el Puente Pallar, pasando por Tayabamba y Chagual. Un compromiso que encendió la esperanza en una de las provincias más alejadas y con mayor riqueza minera del país, pero que a casi un año sigue sin materializarse.
“No hay expediente técnico, no hay presupuesto asignado, solo palabras”, denuncian los dirigentes ronderos. Aseguran que los constantes deslizamientos, el colapso de vías por lluvias y la precariedad del transporte están afectando el acceso a servicios básicos, el comercio y, sobre todo, la seguridad de la población.
UNA MARCHA HISTÓRICA
La marcha no será simbólica. Los patacinos recorrerán a pie los distritos de Parcoy y Chagual, cruzarán la provincia de Sánchez Carrión y llegarán a Trujillo, desde donde esperan continuar hasta Lima. “Vamos a caminar lo necesario para que nos escuchen. Esto no es solo una protesta, es una exigencia por dignidad”, señala Edwin Vargas, presidente de las rondas provinciales.
Durante el trayecto, esperan sumar apoyo de otras provincias de la sierra liberteña y organizaciones sociales. Y si no obtienen respuesta, anuncian que radicalizarán sus medidas con un paro indefinido programado para el 5 de junio en Lima. “Queremos reunir más de 100 mil personas frente al Palacio de Gobierno. No vamos a retroceder”, afirman los dirigentes.
La vía exigida no solo representa un camino asfaltado. Significa conexión, desarrollo económico, acceso a salud y educación, y la posibilidad de dejar atrás el aislamiento estructural. Pataz, pese a su riqueza minera, sigue siendo una de las provincias con mayores niveles de pobreza en la región La Libertad.