En los oscuros recovecos de la delincuencia, la sombra del agente Santiago Araujo Acon se hace cada vez más alargada. En una nueva intervención policial, ejecutada con destreza y valentía, las autoridades lograron desentrañar los vínculos delictivos que rodeaban al agente, así como a dos individuos más, Martín Flores Correa y Carlos Coronel Caronado.
Estos tres hombres, ahora detenidos, se encontraban en los alrededores del penal El Milagro, convertidos en los protagonistas de una siniestra historia relacionada con la venta de drogas.
Bajo la atenta mirada de la División Macro Regional de Inteligencia, los agentes dieron caza a los sospechosos en un operativo que dejó al descubierto una realidad oscura y perturbadora. En su poder, las autoridades encontraron cinco kilos de marihuana, un testimonio tangible de la actividad ilícita en la que estos individuos estaban inmersos. Pero las sorpresas no acabaron ahí, ya que también se incautaron una pistola, una suma considerable de dinero en efectivo y diversos equipos celulares, elementos que fortalecen el caso contra los detenidos.
Sin embargo, esta no es la primera vez que el nombre de Santiago Araujo Acon aparece en el ámbito judicial. El pasado 18 de abril, su camino se cruzó con el de la División de Investigación Criminal (Divincri) en otro operativo en el que se desmanteló una red de extorsión.
En ese entonces, seis personas, incluyendo al agente, fueron arrestadas tras ser señaladas de exigir una suma exorbitante de dinero a una empresaria para garantizar su seguridad. El agente, sumergido en un abismo de oscuros secretos, parecía ser una pieza más en el complejo rompecabezas de la delincuencia.
