La tensión social en el distrito de Huanchaco, en la provincia de Trujillo, alcanzó nuevos niveles este fin de semana cuando un grupo de vecinos salió a las calles para protestar enérgicamente contra el alcalde Efraín Bueno Alva. La manifestación se concentró en los exteriores de la municipalidad, donde los ciudadanos expresaron su indignación frente a una serie de decisiones que consideran perjudiciales para la histórica localidad costera.
El principal motivo de la protesta fue el rechazo a la instalación de kioskos a escasos metros de la playa, una medida impulsada por la actual gestión edil. Los manifestantes sostienen que la colocación de estas estructuras deteriora el paisaje natural del balneario, afecta la actividad turística —pilar económico del distrito— y pone en riesgo el valor patrimonial y ambiental de Huanchaco, conocido mundialmente por su herencia cultural ligada a los caballitos de totora.
«Están destruyendo la imagen de Huanchaco por intereses que no conocemos. No queremos más cemento en nuestra playa», gritaban los manifestantes mientras portaban pancartas donde se leía «No a los kioskos», «Queremos un Huanchaco limpio» y «Basta de corrupción».
Pero el reclamo ciudadano no se limita solo a esta polémica. Los vecinos acusan a la administración de Efraín Bueno de haber priorizado gastos superfluos en detrimento de las verdaderas necesidades del distrito, como la falta de seguridad, el deficiente recojo de residuos, y la ausencia de mantenimiento en espacios públicos. «Aquí falta agua potable, faltan patrulleros, faltan servicios básicos, pero ellos se preocupan en llenar la playa de kioskos», denunció una de las vecinas participantes.
La figura del alcalde Efraín Bueno enfrenta, además, serios cuestionamientos que han alimentado el descontento popular. Sobre su gestión pesan denuncias de presuntas irregularidades en la contratación de servicios y adquisiciones municipales. A esto se suma una acusación de agresión física contra su esposa, hecho que, según los vecinos, compromete aún más su legitimidad para ejercer el cargo.
Hasta el momento, el alcalde no ha ofrecido una declaración pública que responda directamente a las protestas. Fuentes cercanas a la municipalidad señalaron que la instalación de kioskos formaría parte de un supuesto plan de «reactivación económica», aunque no existen estudios ni consultas ciudadanas que avalen tal iniciativa.
